miércoles, 17 de junio de 2015

Laudato Sii (Alabado seas), nueva encíclica del Papa Francisco. Se publicará el 18 de junio



Una espiritualidad del cuidado

El próximo 18 de junio y no el 16 como se había anunciado, el papa publicará su segunda encíclica sobre la protección de la naturaleza y ecología humana. En realidad será su primera encíclica, ya que primera “La luz de la fe”, fue realizada a medias con Benedicto XVI. La ha estado gestando durante mucho tiempo, desde el otoño de 2013, muy meditada y trabajada y fue anunciada a la vuelta de su viaje a Corea, en agosto de 2014. En la rueda de prensa en el avión, anunció a los periodistas que estaba realizando consultas a diferentes expertos sobre el tema y había encargado al cardenal africano Peter Turkson, recoger todas las aportaciones que le habían llegado. Entre los expertos que han enviado materiales a Francisco está el teólogo de la liberación Leonardo Boff, uno de los grandes expertos en el tema, como declaró en una entrevista para la revista Vida Nueva. Francisco también se entrevistó con el obispo Erwin Kräutler, de la prelatura del Xingú y presidente del CIMI (Consejo Indigenista Misionero, siglas en portugués), un gran defensor de los pueblos de la Amazonía, tratados como extranjeros y casi como esclavos en su propio país. El obispo Kräutler, en muchas de sus declaraciones, sueña con una Tierra sin males, un mundo justo, fraterno y solidario donde todos los hombres puedan vivir en armonía con sus semejantes y con la creación.
Se acaba de anunciar en estos días el título de la encíclica, Laudato Sii (Alabado seas). Está inspirado en el inicio del Cántico de las criaturas de Francisco de Asís, uno de los primeros manifiestos sobre la belleza de la creación. En ese cántico  San Francisco no quiere reunir sólo a los hombres en la paz, sino a todos las criaturas, al hermano sol, la hermana luna, el hermano lobo. Sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, ya habían tratado el tema de la ecología humana, estrechamente relacionada con la naturaleza y la creación. El medio ambiente y la naturaleza, ha estado desde el principio de su pontificado entre las preocupaciones más vivas. Ya en la misa de inauguración de su pontificado habló del cuidado de la naturaleza: Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos «custodios» de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. Pero, para «custodiar», también tenemos que cuidar de nosotros mismos. Tres meses después, en el “Día Mundial del Medio Ambiente”, un 5 de junio, volvió a repetir su preocupación por el cuidado de la naturaleza y del hombre, en una cultura del descarte.
En el horizonte de esta encíclica que trata del hombre, creación y medio ambiente, está la Cumbre sobre el Cambio Climático de París 2015, que se celebrará los primeros días de diciembre. Es una Cumbre que aplicará un programa de actuación que permita reducir al máximo el impacto sobre el consumo de recursos naturales (agua, residuos, energía) y las emisiones de gases de efecto invernadero, con acuerdos vinculantes para la comunidad internacional. Ya en octubre de 2014, el Consejo Europeo ha alcanzado un acuerdo sobre un nuevo marco político en materia de clima y de energía. Estos acuerdos serán un marco importante para la Cumbre, donde se reunirán personalidades de casi todos los países, encabezados con Obama que ya ha comentado estar en la línea de Francisco. Así lo declaró en la entrevista con el Papa en enero de 2015, intentando buscar aliados para impulsar el nuevo acuerdo internacional sobre cambio climático que culminará en la Cumbre de París.
Esa idea del cuidado de la naturaleza y la creación, está muy en la línea del filósofo y teólogo Leonardo Boff, muy preocupado por los temas de ecología, relacionándolos con la pobreza, materializando en obras como Brasas bajo las cenizas (1998); La dignidad de la Tierra. Ecología, mundialización y espiritualidad (2000); Ética planetaria desde el Gran Sur (2001); Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres (2002); El águila y la gallina, una metáfora de la condición humana (2002); La voz del arco iris (2003); Evangelio del Cristo cósmico. Hacia una nueva conciencia planetaria (2009); El cuidado necesario (2012); El cuidado esencial. Ética de lo humano, compasión por la Tierra (2002). En esta última obra, Leonardo Boff, nos propone un nuevo paradigma de lo humano y de su esencia, de la destrucción de la biosfera, de la injusticia social y de la pobreza. En elemento esencial de la obra es el cuidado, como una actitud fundamental para sí mismo, para los otros y para el mundo. Comenta en su obra que la sociedad del conocimiento y de la comunicación, nos permite interactuar en un mundo virtual, estamos más comunicados, pero nos desconectamos de la realidad concreta, de sus olores, colores, fríos, calores, sensaciones, contradicciones. El pie no siente la suavidad de la hierba verde y la mano no coge el puñado de la tierra. El mundo virtual encapsula al ser humano en uno mismo y no permite el contacto y el tacto con el otro. Ante esta realizad, cuidar es más que un acto, es una actitud, es necesario devolver al ser humano el sentimiento de pertenencia a la familia humana, a la Tierra, al universo y al propósito divino. El cuidado lo une a la sostenibilidad para la transformación del modo de habitar la Tierra, no podrán afirmarse si no van acompañados de una revolución espiritual. La espiritualidad no es un monopolio de las religiones es la dimensión más honda del ser humano que le hace sensible a solidaridad, la justicia y la fraternidad.

Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís
(Versión de León Felipe que se usa en la liturgia)
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!
Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

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