Este domingo arrancó la segunda parte del sínodo de la
familia, numerosas voces se alzan estos días opinando desde las diferentes
posiciones, incluso de habla de cismas, lo que nos indica el fuerte alejamiento
de las diferentes posturas. El propio
cardenal Walter Kasper, muy cercano a Francisco, utiliza la palabra “cisma
práctico”, haciendo referencia a muchos matrimonios cristianos muy comprometidos
con la iglesia, no viven las enseñanzas de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI sobre la vida matrimonial y la trasmisión
de la vida. Comenta que es un
problema que hay que pensar, ya que la única respuesta de la Iglesia ante muchos de estos problemas en el
matrimonio y en la familia ha sido el
silencio. Muchos piensan que en muchas situaciones de las familias
cristianas que se dan en la actualidad, como los divorciados vueltos a casar,
no se habló suficientemente en el anterior sínodo.
En el telón de fondo del sínodo de la familia, ya está ahí,
comienza el día 4 de octubre, Francisco viene proclamando la misericordia en
todas las direcciones, no como un sentimiento más, sino como del amor de Dios
por el hombre, una fuerza que da vida y que levanta al hombre desde sus
situaciones de miseria. El Sínodo no será fácil, pero en el telón de fondo está
el jubileo de la Misericordia que comienza el 8 de diciembre, día de la
Inmaculada Concepción. Piensa el cardenal Kasper, que la misericordia, es uno
de los principales atributos de Dios que se ha relegado de la reflexión
teológica y esto tiene sus repercusiones en la vida cristiana. El propio cardenal comenta en su libro, La Misericordia. Clave del Evangelio y de la
vida cristiana, que es el gran tema de la teología del siglo XXI, pero
imperdonablemente olvidado, incluso habla de una situación catastrófica, ocupando un lugar marginal en los
diccionarios enciclopédicos teológicos y manuales de teología dogmática. Sin
embargo, la misericordia divina es uno de los elementos centrales tanto en el
Antiguo Testamento como en el Nuevo, debiendo debe ocupar el lugar central que
le corresponde, ya que no se hace justicia a la importancia que ocupa en los
textos bíblicos.
Ya en el siglo XX, el primero que acometió este desafío fue
Juan XXIII, el papa bueno, hablando de en sus diarios, como el más bello nombre
de Dios. Juan XXIII, en la apertura del Concilio Vaticano II, animó a agudizar
los oídos y a emplear un nuevo tono con la medicina de la misericordia y no con
el arma de la severidad. Francisco, pensamos, quiere recuperar ese tono y
tomado la misericordia con una hondura profética, como un tiempo para dejarse tocar el corazón. Un tiempo para la
misericordia en la familia que es crecer en el amor, donde es momento para
agradecer, pedir perdón, para crecer en comunión y un antídoto contra los
profetas de la ruptura.
Creemos que desde la misericordia, Francisco quiere abordar esta
segunda parte del Sínodo de la familia, aunque no será nada fácil por las voces
tan dispares que venimos escuchando. Se tratarán temas tan complicados como el
divorcio, el matrimonio del mismo sexo, los divorciados y vueltos a casar, el
modelo de familia que quiere la iglesia, la educación de los hijos, etc. Tal
vez el asunto más complicado, como dice nuestro querido amigo Xavier Pikaza es
el divorcio, algunos cardenales creen que cuestiona la ley divina de ley divina
de la indisolubilidad del matrimonio. En el tema de la familia no estamos ante
una cuestión de fe, no existe una resolución dogmática del magisterio sobre
este asunto, ni sobre el modelo de la familia, ni sobre la indisolubilidad del
matrimonio. También está el ejemplo de otras iglesias cristianas en este tema,
pero debemos esperar al Sínodo y a sus conclusiones y propuestas.
A pesar de las
dificultades, ha despertado muchas expectativas y Francisco cuenta con el apoyo
de muchos cristianos de base, incluso se han creado plataformas de apoyo en las
redes y en los medios de comunicación. En nuestra lengua está la web “Pro Francisco”, que está presente
también en las redes sociales, una iniciativa que pretende “remar con el Papa”
con distintas herramientas a través de la red. Según sus palabras, un intento
de aglutinar a personas, asociaciones, medios de comunicación, colectivos e instituciones
del ámbito hispano, cuyo objetivo es apoyar al Papa y sus reformas en busca de
una Iglesia más evangélica.
En el día que estoy escribiendo esta entrada del blog, el cardenal
Lorenzo Baldisseri, Secretario general del Sínodo, acaba de presentar el Sínodo
de la familia, de él extraemos algunas informaciones interesantes. Estará
compuesto 270 Padres sinodales, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, pero
lo más novedoso es que participación de otros invitados de diferentes culturas,
24 expertos o colaboradores del Secretario Especial, 51 auditores y auditoras,
14 delegados fraternos. Entre ellos cuentan con 18 matrimonios (17 entre los
auditores y una entre los expertos) y un total de 31 mujeres de gran nivel
profesional. Posiblemente por los temas a tratar será una de las convocatorias
de mayor difusión informativa desde el Concilio Vaticano II. También presentó
novedades metodológicas, una comisión de diez padres sinodales, guiados por el
relator Peter Erdö, supervisará los trabajos y en las conferencias de prensa
diarias participarán 50 padres sinodales. Es un momento para empujar y remar
según el “signo de los tiempos” y situar en el centro del anuncio la pregunta
por la misericordia.
Eres la blanca puerta
del empíreo,
siempre abierta al que llama,
y donde se abre
de las
tinieblas—divinas entrañas—
el resplandor. De par
en par sus hojas
—a la diestra justicia
y a la izquierda
Misericordia…
Miguel Unamuno, “puerta” del Cristo de Velázquez
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