SALAMANCArtv al DÍA
La religión implica que el orden humano sea proyectado en la totalidad del ser
Peter L. Berger
La cultura es el modo que tiene el hombre para situarse en el mundo. El ser humano aprende en el seno
de la sociedad para adaptarse al medio en el que vive, pero con su
inteligencia lo transforma para hacerlo más habitable: caza para
alimentarse, hace fuego para calentarse, desarrolla la agricultura,
construye casas, vive en sociedad, etc. Para esa transformación pensada e
inteligente de su entorno necesita la cultura: el lenguaje, la técnica,
la moral, el derecho, la economía, el arte, la ciencia y la religión.
La cultura no es accidental en el hombre, es un atributo esencial del
ser humano, es fruto y vehículo de relación y convivencia.
Cada
pueblo realiza todo ese proceso de forma particular, ya que la cultura
no es individual es un proceso colectivo, tanto se trate de una tribu,
una comunidad, una nación. El mero hecho de vivir juntos, cada
generación transmite a la siguiente una serie de pautas de conducta, una
formade ser en el mundo, cada individuo se socializa en el grupo al que
pertenece. En nuestro mundo hay numerosas culturas diferentes, vivimos
en el planeta multicultural, pero debemos subrayar que unas culturas son
más humanizadoras que otras, hacen posible un espacio más habitable. El
asunto no es fácil, por un lado nos movemos con culturas en sus
contextos, con normatividades locales, pero por otro no podemos
renunciar a establecer una serie de valores universales. Esto no quiere
decir que ciertas culturas se conviertan en el patrón desde el cual se
juzgue a las demás, el diálogo intercultural es la base para crear
formas compartidas de deliberación y de convivencia ciudadana.
Nuestras sociedades complejas viven en una realidad que llamamos secularización, en
la actualidad no es necesario acudir a lo religioso para legitimar el
poder político, la ciencia y la medicina sustituye a las novenas y
exorcismos, ahora basta con un contrato social. Esto no significa que lo
religioso no tenga su importancia en la sociedad y esté presente bajo
nuevas formas de espiritualidad. En una época dominada por la ciencia y
la técnica, no se ha podido eliminar la angustia y la pregunta por el
sentido. La religión, ha sido el proyecto más amplio para reducir el
temor básico, lo que Mircea Eliade llama el terror histórico, el
aparente triunfo del mal. La religión es algo más que un autoengaño y
una mera ilusión. Además de reducir el terror de la historia, el terror
primigenio, es el ensayo más consistente para dar sentido a los anhelos
humanos.
Es cierto
que lo religioso ha servido a lo largo de la historia para legitimar y
justificar formas de poder. Es la crítica que le hizo la Ilustración y
los grandes maestros de la sospecha, separando las dos esferas: por un
lado el poder y por otro la religión. Pero lo religioso transcendió pronto ese papel instrumental, y ha contribuido a mediar
entre los intereses egoístas y el interés general, evitando serias
perturbaciones sociales. La religión, engloba visiones y creencias
compartidas por los más variados estratos sociales, pero transciende lo
social y se proyecta hacia lo infinito. El hombre requiere del
sentimiento religioso para hacerse un lugar en el cosmos y de su propia
identidad. La ciencia no cubre todos los anhelos, la religiosidad puede
dar un sentido, aunque sea débil, en un desierto ilimitado e
indemostrable.
La religión, siguiendo a Talcott Parsons o Peter L. Berger, capacita al hombre para el obrar social, ayuda a mantener la sociedad.
Por otra parte, salvaguarda el proceso de la formación de la
identidad, al preservar al individuo de desaparecer por completo en la
sociedad, le posibilita el poder preservarse a sí mismo frente a la pretensión social de totalidad.
Esa identidad del yo, no es vivida como unidad constante de la persona,
le pone en tela de juicio, ya que el curso de la vida le sobrevienen
situaciones de crisis, algunas en parte previsibles (como llegaba a la
edad adulta, ejercicio de una profesión, matrimonio, jubilación, etc.) o
de forma más casual y menos previsibles (enfermedades, fracaso
profesional, divorcio, guerras, destierros, catástrofes naturales...).
En las circunstancias críticas de la vida la religión acompaña al hombre
con sus ritos, para salvaguardar el curso vital como un contexto
rítmico. Y en las situaciones límites y menos previsibles, procura
salvaguardar esa conexión de la línea de vida individual mediante una interpretación religiosa de las situaciones amenazadoras, como la “cura de almas” y el reforzamiento ritual, al tiempo que intenta conectarla con el objetivo de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario