Alcíbiades: “También el alma si se quiere reconocer tendrá que mirarse en otra alma” (Platón)
Quisiera ahora decir alguna palabra sobre los
acompañantes de nuestra peregrinación,
no sólo fue un camino exterior e interior, sino junto a otros, los que fuimos y
los que nos acompañaron. Empezamos el camino con la oración de la Faba que nos
dio con mucho cariño Cochi Quirico: Aunque
hubiera recorrido todos los caminos, cruzado montañas y valles…, si a partir de
hoy no veo en cada persona, amigo o enemigo, un compañero de camino, si a
partir de hoy no reconozco a Dios, el Dios de Jesús de Nazaret…., no he llegado
a ningún sitio.
Gracias Conchita, de eso se trata, ningún peregrino
camino solo, fíjate en sus ojos, lo acompaña Dios. El Dios de Jesús, de
Abrahán, de Isaac, de Jacob, de Pablo, el Dios de la vida, el Dios vivo. Por
ahí empezamos nuestra peregrinación, con un encuentro personal con Jesús, que
nos ha contado la intimidad de Dios. También en ese encuentro nos ayudaron
otros, nuestros padres, así lo recordamos junto al bautismo de Lidia. Pero, junto
a nuestros padres, toda una serie de creyentes que nos han precedido, formando
encuentro a encuentro, buena noticia a buena noticia, entre Amor y Amor, credo
a credo, esperanza a esperanza una fe transmitida y conservada en cada
encuentro con el Señor, en cada asamblea, en cada “Ekklesía”, en nuestra Iglesia.
Perdonarme, pero sólo tengo mis palabras, y sabemos
que no es una cuestión de palabras, es situarnos frente a Dios poniendo nuestro ser
en sus manos amorosas. Pero saberse tan acompañado en esta larga historia,
estimula y ayuda en nuestra fe, así lo siento yo. Ya que la cercanía y la
experiencia de otros, que viven esa misma fe, con las mismas dificultades, pero
con una gran alegría, ayuda a sostener mi fe y a vivirla más íntegramente. Por
eso somos afortunados, quisiera hacer una lista de todos los que nos han
acompañado en este camino que no ha terminado. Quisiera empezar por Jesús, el
que inicia, pero también el que culmina esa historia de fe. Es el que inicia,
pero el que va por delante en el camino, en Él se cumplen las promesas y la
fidelidad de Dios. Esperamos también, como nos decía Pablo, participar de las
primicias del camino abierto por Jesús. Sigo hablando, perdonarme, “Creemos y por eso hablamos” (2Cor
4,13);
“no podemos
dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20).
Con Jesús, caminamos en buena compañía, pero el
primero es Dios, de Él venimos y al él nos dirigimos, el seno del Padre es
nuestra Ítaca, nuestra verdadera tierra prometida. Sí, ya lo sé, que caminamos
por senderos de lo incognoscible, vivimos la experiencia de la noche oscura,
con Dios nos enfrentamos con el misterio, con la transcendencia, que a lo mejor
nos remite al silencio. Sólo vemos algunas huellas que nos apuntan el misterio
que nos transciende, pero en la búsqueda de lo indecible, encontramos el
asentimiento, la confianza. A Dios no lo ha visto nadie, pero sus
Transcendencia amorosa, se ha hecho cercana a través de Jesús. En su vida, en
su muerte, en su resurrección es como Dios nos habla. El resucitado hoy nos
sigue hablando, ahí está la Escritura, la palabra de Dios, la tradición, la catequesis, otros creyentes que forman su
iglesia, en las celebraciones, etc. Así gracias al Espíritu podemos decir
Padre, Padre nuestro y de todos…..
“La fe es garantía de lo que se espera, la prueba
de lo que no se ve. Por ella fueron alabados nuestros mayores” (Heb 11,1-2).
En esa cadena de creyentes que nos acompañan, no
podemos olvidar a Pablo, tras sus pasos nos hemos embarcado. Como no recordar
sus palabras, para mí cristo significa la
vida, ha sido seducido por Cristo, que es la fuente de la vida. Repite
muchas veces en sus escritos “estar en Cristo”, ya no vivo en mí, es Cristo el que vive en mí. Pablo ante todo era
un hombre de caminos, un “homo viator”. Donde se aprecian claramente dos
dimensiones, un camino físico y un camino que transciende la mera vía, el
camino de la fe. Desde Tarso a Jerusalén, de Antioquía a Arabia, por Asia
Menor, Macedonia, Acaya, Creta, Roma, ¿llegaría a la Tarraconensis como afirman
algunos? Conociéndole es posible.
Desde este camino físico y
misional, se abre ese otro camino desde la revelación en Damasco, hasta su
muerte trágica en Roma. Es estar siempre en camino, mantenerse siempre en la
búsqueda y en el esfuerzo, utilizando la imagen de la carrera, como en los
juegos griegos y romanos; donde se valora también el esfuerzo y sacrificio de
los atletas. Pero no es un correr en
vano, sino en la búsqueda de un amor siempre creciente, invita a seguir
progresando y que unos a otros se ayuden a crecer. Para esto último, utiliza
otras imágenes como construir o edificar, renunciando al propio derecho y a
seguir su ejemplo.
Para ayudar a crecer y ayudarnos en ese amor entre
hermanos, nos acompaña José Manuel, el hermano mayor, para algunos es nuestro
Padre en la fe, sí, con mayúsculas. Nos ha acompañado desde niños, en cada
paso, en cada sacramento, en las dificultades, en las alegrías. Para muchos de
nosotros los pasos en las celebraciones, en los grupos de catequesis de la Parroquia de la Purísima tiene el rostro de Fructuoso y José Manuel. Nos han
acompañado en un largo itinerario de introducción a la Biblia, de adultos, en amar,
comprender y hacer nuestra la palabra de Dios. Desde esa meditación y profundización
de la palabra, José Manuel ha organizado y preparado en profundidad, numerosas
peregrinaciones, a Tierra Santa, Turquía, Grecia. Personalmente, he tenido la
suerte de compartir y disfrutar, la primera del año 1992 a Tierra Santa, la del
2009 también a Tierra Santa, ahora con mi esposa, evocando los pasos del
Señor y por último, ésta de Pablo por Macedonia y Acaya. Todos sabemos de su
preparación, del material entregado, tanto para el camino exterior como para el
interior. Los libros enteros ecuadernados de material. Pero sobre todo, siempre pendiente, siempre en camino, como Pablo con
sus comunidades, entregado a la causa de Jesús y su Reino. Gracias José Manuel.
Perdonad, pero la lista es larga: recordamos a todos
los acompañantes de Pablo, Silas, Tito, Timoteo y a otros que no conocemos sus
nombres, pero que ayudaron a difundir la Buena Noticia del Reino; como no
recordar a San Andrés en Patras, el que llevó a Pedro a Jesús, el que señaló al
muchacho de los cinco panes, el primer llamado, como lo evoca la liturgia
Bizantina; los poetas y autores de teatro trágico, como Homero, Hesíodo, Sófocles,
Esquilo educadores de todo un pueblo; filósofos en busca de la sabiduría y el
sentido del hombre y del Ser , Sócrates, Platón, Aristóteles; Apóstoles como
Metodio y Cirilo, predicadores infatigables y puente entre oriente y occidente;
eremitas y monjes en retiro y oración como Atanasio en Meteora y otros muchos de las
Tebaidas de oriente y occidente; como no recordar a pensadores y poetas como Constantino
Kavafis o Nikos Kazantzakis con su mirada de Ulises.
Yo... no soy
más que un hombre sin oficio y sin gremio.
Sólo un
vagabundo. Soy un hombre sin ciudad... sin decálogo y sin tribu.
Mi éxodo es ya
viejo.
Y en mis
ropas, duerme el polvo de todos los caminos.
Y el sudor de
muchas agonías.
León Felipe
Sí,
de parte de Fructuoso le dimos un saludo a su prima la Sabiduría, aunque la
vimos en forma de Cariátide sujetando en sus brazos todo el peso de la
historia.
El que sólo busca la salida no entiende
el laberinto,
y, aunque la encuentre, saldrá sin
haberlo entendido
Luis Cernuda
En
algunas ocasiones las composiciones poéticas contienen estrofas encendidas de
oración suplicante o himnos de adoración a Dios ante la belleza del mundo o la
dignidad de los seres humanos. Peregrinar supone algo parecido a esa sensación
que describe el poeta. Cuando el 17 de Julio, salimos de Salamanca, subimos al
autobús 33 personas, pero llevamos a una flota entera en el corazón. Algunos ya
habían estado en Grecia, como Juan Carlos y Raquel, en su luna de miel. Pero
nos acompañaron con su aliento y fe sus hermanos, padres, e hijos: Mercedes,
Adrián, Inés, Tere...... Todos ellos y forman una buena tribu. Nos acompañaron
amorosamente. También se unió al grupo, desde tierras andaluzas Francisco, el
hermano de Mari Cruz y Justo. La madre de Julita, con sus desvelos en la
travesía del ferry, nos informó de las
víctimas de Galicia, nada menos que 78 personas fallecidas, por todas ellas
oramos y lloramos. Mari Carmen, hermana de Toñi, llegó antes a Metora que su
hermana; ¿no te veo en las fotos de la crónica, hermana?, ¿te has perdido por
tierras tan hermosas?. Peregrinó con nosotros Tere, madre de Inma, a la que
teníamos presente por wuasap en los hoteles con wifi. Todos buscábamos cabinas
para hablar y saber de Consuelo, Tomás, Inmaculada e Isidro. Por la madre de
Toño, sabíamos que el calor de Soria y el de Olimpia son similares.
Peregrinaron con todos nosotros,
nuestros fieles seguidores tecnológicos: Emilia Santolino, hermana de nuestra
Mari Carmen, Manolo Carretero y Montse, Axi Velasco y Juan. ¡Nunca ha sido tan
fácil unirse en oración¡
...”no te veo. Pero escucho
tu voz granate en el cielo. ¡Oh plenitud rosácea¡.
P. M. Lamet
No los vimos, pero los sentimos con nosotros los
vecinos de la comunidad de la Purísima: Cristina Villoria, que leía la crónica
por la mañana, Chelo y Antonio, que enviaron un mensaje de cariño, después de
seguirnos fielmente. Y también, como no, los feligreses de la parroquia que
acuden a misa los Domingos.
Clara
Amador, Loli Sánchez, Eva y Terín, nos animaban a seguir las huellas de Pablo,
con una sonrisa y con fortaleza, como lo hacen ellos.
Todos fuimos abuelos de los nietos de
Marisol, Pedro y Ricardo, y son una buena tropa. Pedimos con el corazón para
que ellos vean en nosotros modelo de fe y búsqueda de Dios. ¡Cómo no quererles
tanto¡.
Con Sagrario, Paloma, Sabina y Mamen,
vinieron todos los jóvenes y niños con los que transitan el camino de la fe y
de la vida. A parte de Mercedes y David, padres de Sabina, en Filipos,
estuvimos con todos y cada uno de los padres de los miembros del grupo. No
podemos olvidar a Rosa Pérez, también con sus niños del cole, pero sobre todo
las llamadas en el camino a su nieta.
Afortunadamente, no hubo muchos eventos
deportivos y por eso, Luis, el hermano de Amparo, tuvo menos trabajo.
Al ritmo del café de Blas y Mari Carmen,
se unían a nosotros sus amigos y familia. Cómo olvidar a la comunidad de la
parroquia del Carmen, con Argi al
frente, y a los vecinos de Fermoselle, con su alcalde recordándoles.
Sentimos la presencia de las hijas de
Pilar y Amancio, como en la peregrinación a Israel. Sin embargo, los que mejor
se portaron fueron los nietos de Esperanza, siempre acompañándonos en el bolso
de mano de su abuela.
¡Qué rico nos supo el café y helado al
que nos invitó Isabel¡. Y es que para compartir vale todo y a cualquier distancia.
José Miguel e Inma, Pedro Becerro,
Pilar Porras, Curro y Ana, la hermana de María Engracia, se hicieron presentes
en muchas oraciones de la mañana, Eucaristías, en cada sonrisa, y en las
reuniones distendidas de la noche.
Celebramos en día de Santa Cristina,
con nuestra Cristina, en Antenas, vivieron con nosotros ese día tan completo,
su madre, sus sobrinos y primas tocayas. Y todos disfrutamos del regalo de la luz de la fe (Lumen Fidei),
de nuestro Papa Francisco. ¿Y dónde está Alfredo? ¡Alfreeedoooo…………! ¡Deja las
fotos ya!
Pidiendo fortaleza de Espíritu, como
todos los buenos padres de familia, Mari Carmen y Oroncio, peregrinaron con sus
hijos, y en especial con su hija, en vísperas de celebrar su matrimonio
eclesiástico.
¡Por fin, María José pudo realizar su
peregrinación a Grecia¡¡qué alegría tenerla con nosotros! , y a sus hermanas y
sobrinos.
Me
queda nuestra querida Nina, también ella nos acompañó, no sólo en sus
explicaciones siempre interesantes y pedagógicas; sus peculiaridades y cuidados
a los animales abandonados, nosotros diríamos que es una nueva San Antonio Abad,
pero creo que en la iglesia Ortodoxa es san Jorge de Capadocia; sus
preocupaciones por la organización, puntualidad y ayuda sobre todo en el último
día en el aeropuerto; su llamada llegando a Salamanca, preocupándose por nuestra llegada; pero me llamó mucho la atención, su respeto y
participación en nuestras celebraciones, formando comunidad e iglesia con todos.
Gracias Nina, te recordaremos siempre.
Bueno,
que un beso a toda la buena gente, nos acompañó tanta buena gente, y es que
resulta mejor cuando se la conoce. Gracias.
Hemos llegado al final. Quisiera terminar
con un poema de Rafael Amor que está en la página 148 del libro del peregrino,
en palabras para el camino:
Enseñanzas del camino
En
el camino aprendí
que
llegar alto no es crecer,
que
mirar no siempre es ver
ni
que escuchar es oír
ni
lamentarse sentir
ni
acostumbrarse, querer...
En
el camino aprendí
que
estar solo no es soledad,
que
cobardía no es paz
ni
ser feliz, sonreír
y
que peor que mentir
es
silenciar la verdad.
En
el camino aprendí
que
puede un sueño de amor,
abrirse
como una flor
y
como esa flor morir,
pero
en su breve existir,
fue
todo aroma y color.
En
el camino aprendí
que
ignorancia no es no
saber,
ignorante
es ese ser
cuya
arrogancia más vil,
es
de bruto presumir
y
no querer aprender.
En
el camino aprendí
que
la humildad no es sumisión,
la
humildad es ese don
que
se suele confundir.
No
es lo mismo ser servil
que
ser un buen servidor.
En
el camino aprendí
que
la ternura no es doblez,
ni
vulgar la sencillez
ni
lo solemne verdad.
Vi
al poderoso mortal
y
a idiotas con altivez.
En
el camino aprendí
que
es mala la caridad
del
ser humano que da
esperando
recibir,
pues
no hay defecto más ruin
que
presumir de bondad.
En
el camino aprendí
que
en cuestión de conocer,
de
razonar y saber,
es
importante, entendí,
mucho
más que lo que vi
lo
que me queda por ver…
Rafael Amor