domingo, 10 de enero de 2016

Contra todo fanatismo



Pensar la religión
       
SalamancaRTV al DÍA

El jueves 19 es el día de la filosofía, pero estoy escribiendo estas líneas viendo consternado e impotente los atentados de París. De nuevo los seguidores autodenominado Estado Islámico o DAESH, han sido los que han realizado las matanzas, ha declarado el presidente francés F. Hollande. Era un ataque esperado desde enero y a pesar de que se reforzó la vigilancia, se ha podido consumar por siete terroristas suicidas, con ayuda desde el interior del país. En Francia se ha radicalizado desde hace tiempo la situación político- religiosa, lo que hace que sea la mayor cantera europea de reclutamiento de yihadistas, son células dormidas que pueden actuar en cualquier momento. Hay que añadir el silencio de las organizaciones musulmanas francesas, pero también la política de cultos del gabinete Hollande se ha volcado más en el ámbito policial y no judicial. Quisiéramos hablar de pensamiento en medio del horror y la barbarie, de filosofía como medio de superar la violencia enquistada en lo sagrado y que ayude a pensar a la religión y nos lleve a una espiritualidad que esté basada en convivencia y en la paz.

Fue allá en la antigua Grecia donde empezó todo, Cicerón le atribuyó a Pitágoras el nombre “Filosofía”, el gran pensador, no queriendo pasar por sabio, se describía como amante de la sabiduría. El origen de su nombre está en la humildad y desde ella, se empezaron a preguntar por las causas de las cosas, así buscaron una physis, una naturaleza, un arché, un principio de donde todo surgiera. Pero no sólo fue suficiente un principio, era también importante la pregunta por el hombre y por la Ética, más allá de todo relativismo y pluralidad de la Polis, se ponen las bases de la universalidad del bien, que se colocaba dentro del saber. Se empezará la libertad del individuo frente al determinismo del cosmos, la conciencia individual choca contra la fatalidad del destino. Desde aquí surge la necesidad, anajké, que por su origen y por su destino hace inteligible el cosmos y se conectará con lo divino. Se comienza a pensar lo religioso y por medio del logos se accede a Dios, combinando la metafísica del ser y la estética, siendo Dios lo más hermoso y bueno. Esta metafísica influirá en los pensadores cristianos cercanos a los clásicos, que introducen la pregunta por Dios, buscando un equilibrio, entre la lógica, física, ética, metafísica y política, distinguiendo entre filosofía y teología.
En nuestra modernidad se ha vivido una fuerte tensión entre filosofía y religión, pero muchos filósofos pensaron que ambas habitaban en el mismo techo y acometen desde su quehacer, reflexiones similares, como la vida y la muerte, el dolor y la felicidad, la esperanza, la acción del hombre en el mundo. Nuestro querido Unamuno decía que la historia de la filosofía, puede decirse que es una historia de la religión, pero sabía distinguir los ámbitos y vivió ambos con cierta tensión y complementariedad. Ambas se aproximan a los mismos temas, no sé si con los mismos lenguajes, o tal vez sea una cuestión de tiempos, la religión se aproxima a Dios de forma directa y firme, la filosofía de forma interrogativa y titubeante. El pensar filosófico siembre ha sido modesto y humilde, siempre detrás de los mismos problemas que se abordan en otras ciencias, centrado más en las preguntas que en las respuestas, con un caminar lento y reflexivo, intentando entender esa realidad, y si es posible juzgarla.
Cercanas a nosotros están las preguntas de la Escuela de Francfort y la posibilidad de hacer filosofía desde el dolor de las víctimas, resolvían que no se puede pensar sin detenerse en las víctimas de la historia. Pero si a la filosofía le unimos la palabra religión, es impensable no recordar y detenerse en las víctimas de cualquier violencia. Queremos hacer un elogio de la filosofía, ya que cuanta más capacidad tenga para acoger y dar cabida a la experiencia religiosa, menos permeable será la tentación fundamentalista. Mi querido profesor Manuel Fraijó, comentaba que los proyectos teológicos más valiosos de nuestro tiempo son los que han abierto al pensar filosófico. Toda religiosidad que sólo bebe de su propio pozo, sin abrirse al mundo y al otro, pueden acabar creyendo que la única verdad es la suya. También podemos decir, que todo filósofo que ha bebido de las grandes preocupaciones de la teología, han dado grandes frutos en el pensar filosófico. Ninguna de las dos sale perdiendo, si se aúnan esfuerzos y más en un mundo desbocado por la violencia.
“Filosofía y religión son enemigas entre sí, y por ser enemigas se necesitan una a otra. No hay religión sin alguna base filosófica ni filosofía sin raíces religiosas; cada una vive de su contraria. La historia de la filosofía es, en rigor, una historia de la religión”
Miguel de Unamuno, Del Sentimiento trágico de la vida.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Gratitud desde el silencio



        
 Hoy para mí, el sonido del silencio es la melodía del dolor y de la paz. La muerte nos coloca ante el misterio de la vida, es una realidad coexistente a nuestro ser, nada más nacer tenemos fecha de caducidad, somos a la vez pañales y mortaja, sucesiones de difunto como nos recordaba el poeta. En el hondón de nuestra existencia, la muerte es la no respuesta, esa realidad que nos desnuda de toda desnudez que es el silencio de la angustia que nos hace sentir nuestra fragilidad y nuestra finitud. La muerte de nuestros seres queridos nos permite abrir el sentido a una realidad que va más allá de nosotros mismos, a una totalidad de la existencia que nos desborda y que se resuelve en el recinto sagrado de nuestro corazón.
Esa realidad de la muerte, se vuelve más trágica si se experimenta, cuando es de la persona que nos ha dado la vida, la que nos ha iniciado en el mundo, la que nos ayudó en nuestros primeros pasos y abrir las realidades de nuestro propio ser, del mundo y de Dios. En principio una realidad dolorosa y absurda, pero nos da sentido y nos ayuda a poder habitar el mundo, el duelo de un ser querido, de una madre, forma parte de la vida, forma parte del amor que permanece en su ausencia.
La muerte necesita ser pensada, ya que nos arroja hacia el sinsentido y desde ahí nos abre a una realidad que nos trasciende, y en su realización nos abre a la totalidad y nos la anticipa el “todavía no”. Si el dolor es parte de la muerte, también lo es la esperanza. En el sonido del silencio, no sólo habla el dolor, también lo puede hacer el misterio, esa realidad amorosa e indecible que llamamos Dios. Un Dios solidario con el dolor desde el amor, un Dios que en Jesús ha experimentado la muerte trágica de la cruz, un Dios que comparte el destino del hombre y un Dios que eleva hombre a ser Dios. La muerte es una puerta que nos abre a esa realidad indecible, donde no hay lágrimas ni dolor, donde todas las piezas encajan y cobra sentido verdadero toda nuestra existencia. Los amigos de Jesús lo llamaban resurrección, reconociendo en su perplejidad que Dios era la primera causa de la vida y de la muerte.

El gran salto de la existencia fue puesto por la vida, una vida que es gracia y donde la muerte no puede anularla. Dios crea y recrea la vida de forma continua y ésta se consumará en el propio Dios, límite y destino de la existencia humana. Así lo experimentó mi madre al final de sus días, en el dolor de la enfermedad, cuando la vida cobra un punto sin retorno y se experimenta la muerte como parte de sí y meta de la vida, se produce un encuentro deseadola y abrazándola amorosamente en Dios. No tenemos la presencia física de mi madre, pero al vivir en Dios ha penetrado más profundamente en nuestra existencia. No podemos disfrutar de su mirada, ni escuchar su voz, pero ahora sé que nos ama más que nunca, pues nos ama desde Dios y en Dios. Su presencia transfigurada está más profundamente en nuestro ser y nos acompaña desde su amor y su felicidad. Creo que podemos estar con nuestros seres queridos que ya han partido en el lenguaje misterioso del silencio, en el lenguaje no siempre fácil y hondo de la fe.
Si la vida y la muerte es Gracia, quisiera desde el silencio y la ausencia cantar a la esperanza, y dar las gracias a todos aquellos que la acompañaron en este tránsito difícil y amoroso. Es cierto, a veces la fe se escondió en la niebla de la existencia, la esperanza se debilitó en el sin sentido, pero permaneció el amor, que nunca pasará de muchas personas que la acompañaron. Ese permanecerá en ella y en nosotros, sus seres queridos, abrazado ahora en el seno del Padre. Desde estas páginas quisiera enviar un abrazo y agradecimiento a Concha, su médica de atención primaria pendiente de su evolución y acompañándola muy de cerca; a Aurelio de la Unidad de Atención Inmediata (UCAI) por la rapidez y humanidad en la atención; A su querida Rocío, de la unidad de Oncología, en las que puso su vida, su corazón y parte de su esperanza; a Feliciano que lucho contra el dolor físico, pero también humano. A toda la Unidad de Paliativos de los Montalvos, pendientes no sólo de ella, también de los familiares, haciendo que los últimos momentos fueran como estar en el propio hogar. A Poli y Antonio, sacerdotes de la Comunidad Parroquial que la acompañaron espiritualmente y estuvieron pendientes en todo momento y la acompañaron en su Pascua. A la toda la comunidad de Dominicos San Esteban y familia dominicana, pendiente y dispuesta hacer turnos en caso de necesidad. A mucha gente conocida y desconocida que nos ha acompañado en los momentos difíciles de la enfermedad, con su cariño, con su presencia, amigos, compañeros de trabajo, a todos los que nos habéis acompañado en su funeral. GRACIAS y que Dios os bendiga.
La vida se hace real y se desvela de su niebla cuando se hace presente la muerte, ponemos muchas cosas en su sitio, nos encajan los amores de nuestra existencia. Si no tenemos amor, es que todavía no hemos nacido; sin amor, no sabemos que nos morimos. En pleno Adviento, en un tiempo oportuno y favorable, en el Kairós de Dios, la esperanza impulsada por el amor y la caridad, a pesar del dolor y del mal, asume y transciende la historia, el tiempo y la muerte.
Si tú y yo, Teresa mía,
            nunca nos hubiéramos visto,
nos hubiéramos muerto sin saberlo;
            no habríamos vivido.
Por el amor supimos de la muerte;
por el amor supimos
que se muere: sabemos que se vive
            cuando llega el morirnos

Miguel de Unamuno, Teresa.

jueves, 29 de octubre de 2015

Más allá de Ítaca


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SALAMANCArvt al DÍA
En la entrada del blog de la semana pasada hablamos de la muerte, de la muerte de los seres queridos, de la muerte cercana, de nuestra propia muerte y de nuestra temporalidad. Más allá del aspecto biológico, la muerte es la no respuesta, y se convierte en una realidad ontológica que reviste al hombre y lo desnuda más allá de toda desnudez. Se me da como un rostro diferente a mí, pero que no me es indiferente, es un ser querido que me afecta en el hondón de mi ser, hasta sentir la angustia de mi propia finitud y de mi propia muerte. Mi muerte es participación en la muerte de mis seres cercanos, del prójimo,  en su “estar ahí” me desvela un sentido global de la realidad, de mí mismo, del mundo, de Dios. El final es no el límite último, es una manera de asumir mi propio ser. La muerte es asumida desde que somos, es un modo de ser y así en su realización nos abre a la totalidad y nos la anticipa el “todavía no”.
No podemos hablar de la muerte, sin hablar por lo tanto de la esperanza, en un lenguaje filosófico, pero también religioso, son las dos caras de una misma realidad. El hombre se abre al sentido último y global, como Odiseo que apunta hacia Ítaca, soltando lastre y ligero de equipaje, como los hijos de la mar. La esperanza es un sentimiento muy humano, que no sólo opera en la esencia y la libertad, sino también en la relación hombre- mundo. Un mundo que se nos presenta abierto y no determinado, como un proceso, como una tendencia hacia algo inacabado e incompleto. Desde ese proceso o camino, el ser humano busca su verdadero ser, el camino a Ítaca, su lugar en el Cosmos en el pensamiento de Marx Scheler, o mejor “donde nadie ha estado todavía”, según Bloch.
En ese caminar, el hombre tiene la capacidad de proyectarse más allá, transcender el horizonte del mundo, a la espera de un futuro que no sólo puede ser realización suya. Es una esperanza en el perfeccionamiento de su ser, y en una transformación del mundo. Pero todavía puede proyectarse más, el hombre es llamado a la trascendencia, al misterio. Así pensaba K. Jasper, donde el mundo y el hombre se autofundamentan, la Transcendencia, se confiere en fundamento. La Transcendencia misma no se manifiesta nunca, sólo en el lenguaje de las cifras, en el lenguaje de los símbolos, como realidad espiritual que nos permiten un acceso a ella, intermediario entre la existencia y la Transcendencia.
El Dios que habla la teología cristiana, es el Dios de la esperanza (Rom 15, 13). Un Dios que no está encima o dentro de nosotros, va y ha ido delante con su propia muerte y su propia esperanza. Es un Dios que sale a nuestro encuentro en sus promesas de futuro, un Dios que tiene el futuro como carácter constitutivo. En todo el Nuevo Testamento, la esperanza se dirige a lo que todavía no se ve, es por ello, "esperar contra esperanza". Por esa razón, lo visible y lo ahora experimentable, es una realidad perecedera, como si fuera una realidad abandonada de Dios, que nosotros debemos dejar atrás. Es el crucificado el que tiene futuro, la cruz está preñada de vida, de esperanza, de resurrección: "Él es nuestra esperanza" (Col 1, 27). En la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, queda patente el poder y la fidelidad de Dios como cumplimiento de una promesa. Una promesa que se ha anticipado en la resurrección de Jesús. Con ella ya no sólo se mira al pasado, sino al futuro. La esperanza no se refiere ahora a un Novum sin precedentes, sino que tiende a acentuar lo que falta en ese proceso abierto en y por Jesús (continuidad-novedad).
Es necesario recordar ahora, no sin rubor, las palabras de Adorno, donde Auschwitz había privado de su derecho a toda voz desde las alturas, las víctimas son normativas clamaba. Pero podemos esperar, porque las víctimas esperaron. Esperar a pesar de todo. J. B. Metz nos recuerda: “Los cristianos jamás podemos volver atrás de Auschwitz; y tampoco ir más allá de Auschwitz solos, sino solamente con las víctimas de Auschwitz”. Sólo hay una manera de encender la esperanza en las víctimas del pasado, es que ese pasado no esté del todo cerrado, que el verdugo no triunfe sobre las víctimas. Ahí está la resurrección de Jesús, una realidad que es sólo objeto de fe, pero como nos recuerda Moltmann, mientras la historia continúe, todo es posible. De momento, lo importante, es no olvidar, que es la única manera de mantener la chispa de la esperanza.
Por lo tanto, esperanza tiene que ver con la salvación, con esa iniciativa de Dios que da un sentido a la realidad personal, social y cósmica. Esta esperanza asociada a la salvación que abarca la totalidad de lo real. Estamos hablando de unos contenidos que son iniciativa de Dios, no del hombre, aunque en colaboración con el hombre, que ha recibido el orden del mundo. La esperanza, es esperar lo imposible, contra toda esperanza, esperar a pesar de todo. Esta esperanza, no sólo tiene una dimensión temporal y futura, es una esperanza hacia el otro y al Otro.  Apertura y desvelamiento de Dios, y apertura al hermano y sobre todo a los que más sufren o han sufrido. Desde aquí, se pone en marcha el dinamismo de la esperanza, que es fe y caridad. La esperanza impulsada por el amor y la caridad, que a pesar del dolor y del mal, asume y transciende la historia, el tiempo y la muerte.
San Agustín que quería ir siempre más allá de Ítaca, en los límites de la esperanza, nos  recordaba: Después de esta vida, Dios mismo será nuestro lugar.

Ítaca
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
Konstantinos Kavafis
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miércoles, 21 de octubre de 2015

Ayuda para un comedor en Benín

Un clamor elemental

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Para Maite y Marce ejemplo de amor cristiano y lucha por un mundo más justo.
Todos sabemos la realidad de África, el continente más pobre del mundo, más de trescientos millones de  personas viven con menos de un dólar al día, treinta millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene agua potable. Pero no podemos reducir la pobreza sólo a las cifras económicas, se debe subrayar la ausencia de educación, salud, nutrición y vivienda, carestías fundamentales y necesarias para cualquier desarrollo.  La gran mayoría de los mil millones de pobres que hay en el planeta viven en África, donde se encuentran los diez países más pobres del mundo: Níger, Etiopía, Mali, Burkina Faso, Burundi, Somalia, República Centroafricana, Liberia, Guinea, Sierra Leona, podíamos seguir. La pobreza es la verdadera “memoria de África”, todo un mundo hundido en la miseria y en la violencia, olvidado por todos, no es exagerado decir que es la imagen de la “humanidad rota”.
África es una realidad muy variada, multitud de culturas, etnias y voces, un mundo heterogéneo que cuenta con 55 países, entre ellos está Benín, será también uno de los más pobres del continente. Está situado en África Occidental, entre el Sahel y el Golfo de Guinea, con una superficie 112.622 km² y unos 9,3 millones de habitantes. La capital es Porto Novo, sede de la Asamblea Nacional con 267.000 habitantes, siendo Cotonou es la sede del Gobierno y la ciudad más poblada con 780.000 habitantes. Desde 1990 se constituye en una República parlamentaria presidencialista, se redacta una Constitución y se establece una democracia basada en la división de poderes y elecciones parlamentarias. Es un país en vías de desarrollo dependiente de la agricultura, sobre todo de la producción de algodón, pero no nos engañemos no es un país pobre, como muchos países africanos es un país empobrecido por los países más desarrollados. Posee yacimientos de petróleo, oro, mármol y piedra caliza explotados, principalmente, por empresas extranjeras pertenecientes a los países más ricos. La reducción de la pobreza es uno de los grandes desafíos del país, según el PNUD, se encontraba por debajo del umbral de la pobreza, pero debido naturaleza informal de las actividades económicas sobre todo del sector agrícola y con una falta de diversificación en la producción frenan su potencial de desarrollo. Presenta sólo un 33% de alfabetización, con una tasa de natalidad muy alta del 38,6 ‰, una tasa de fecundidad de 5,49 hijos por mujer en edad fértil, una esperanza de vida de 59 años y una desnutrición estimada del 23% de niños menores de cinco años. Sin rubor se puede decir que es uno de los países más pobres del mundo, un pobre entre los pobres.
Un grupo de matrimonios de la Parroquia de la Purísima de Salamanca viene trabajando durante este último año para ayudar a mejorar un poco la situación de unos cuantos niños de Benín. Es cierto que no tenemos en nuestras manos las soluciones del mundo y de la pobreza, pero ante los problemas del mundo y de la pobreza, tenemos nuestras manos. El objetivo principal del grupo es construir un comedor para 200 niños dentro de un complejo educativo desarrollado por la Fondation Vie Pour Tous, creada beninés Teodoro Soumé. Teodoro es un sacerdote que se formó en Salamanca y Bilbao y que realizó sus prácticas pastorales en la Iglesia de la Purísima con los párrocos Fructuoso Mangas y José Manuel Hernández, allí conoció a la Maite Romero, entonces presidenta provincial de Manos Unidas. Maite falleció hace cinco años, el 25 de noviembre de 2010, Teodoro para honrar su memoria, ha querido  poner su nombre al comedor de niños del complejo educativo. Además de su labor como sacerdote en su país, está realizando una excelente labor en lucha contra la pobreza y la exclusión social sobre todo en las zonas rurales. Su fundación, en las que colaboran muchas personas de Benín con absoluta solvencia, ofrece una formación integral a niños y jóvenes del campo, asiste a niños y mujeres en situación de vulnerabilidad y ofrece una amplia asistencia sanitaria en zonas rurales y en situaciones difíciles.
Este grupo de matrimonios en el marco de la Parroquia, viene descubriendo desde hace años,  que la pobreza no es un asunto de mala suerte, sino resultado de unas estructuras políticas y económicas injustas. Ante esta situación vienen colaborando en Manos Unidas y Cáritas, no sólo desde el ver y juzgar, sino actuando en acciones concretas. Descubrir los males de nuestro mundo nos hace mover el corazón, sobre todo si los oprimidos y pobres sufren por las injusticias de los grandes desequilibrios de nuestras sociedades. El grupo viene luchando por un mundo más justo y por un cambio de esas estructuras desiguales, también conscientes de que los pobres no son incapaces para actuar, ellos saben mejor que nosotros qué hacer y cómo hacerlo, por eso quieren apoyar un proyecto realizado en Benín, que busca personas de buena voluntad para ayudar en sus proyectos. Para ello, se han empeñado sacar adelante, no sin dificultades, el comedor de niños que ayudarán no sólo en el desarrollo personal, sino del grupo y de la región. Hace unos meses, un miembro de grupo, José Santos, participó en una maratón solidaria en Madrid. Pero se realizan otras actividades los fines de semana, o cuando se tiene un hueco en el trabajo o la familia,  principalmente vender en un rastrillo solidario en diferentes lugares Salamanca, Alba de Tormes, Carbajosa, San Miguel. En él se venden diferentes cosas personales o bien realizadas por las buenas manos de Susana Sáez. Ahora el grupo ha preparado un concierto folk para completar el proyecto, ya que necesita con urgencia completar los fondos necesarios que todavía son importantes. Para ello cuenta  con la ayuda desinteresada de “Rosa María Folk y la Contrarronda”, esperando contar también con ayuda de los vecinos de la ciudad de Salamanca, que tantas veces se han destacado por su solidaridad. El concierto se realizará este viertes, 16 de octubre a las 19:30 h, en el auditorio de Calatrava. Desde esta querida ciudad de Salamanca escuchamos el clamor de los necesitados como un imperativo elemental, desde estas páginas pedimos la ayuda y la solidaridad asistiendo al concierto o comprando una fila cero para ayudar a unos niños en su educación, víctimas de una situación injusta y así poder abrirles a la esperanza de un mundo con futuro y con más posibilidades dentro de su propio país. Gracias.
Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser
un instrumento de Dios para la liberación y promoción de los pobres…
atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo..
“He visto la aflicción de mi pueblo.., he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para liberarlo…, ahora pues, ve, yo te envío” (Ex 3, 7-8, 10)
Francisco, Evangelii Gaudium: Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio”

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jueves, 15 de octubre de 2015

Sínodo de la familia, un tiempo para dejarse tocar el corazón.


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Este domingo arrancó la segunda parte del sínodo de la familia, numerosas voces se alzan estos días opinando desde las diferentes posiciones, incluso de habla de cismas, lo que nos indica el fuerte alejamiento de las diferentes posturas.  El propio cardenal Walter Kasper, muy cercano a Francisco, utiliza la palabra “cisma práctico”, haciendo referencia a muchos matrimonios cristianos muy comprometidos con la iglesia, no viven las enseñanzas de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI sobre la vida matrimonial y la trasmisión de la vida. Comenta que es un problema que hay que pensar, ya que la única respuesta de la Iglesia ante muchos de estos problemas en el matrimonio y en la familia ha sido el silencio. Muchos piensan que en muchas situaciones de las familias cristianas que se dan en la actualidad, como los divorciados vueltos a casar, no se habló suficientemente en el anterior sínodo.
En el telón de fondo del sínodo de la familia, ya está ahí, comienza el día 4 de octubre, Francisco viene proclamando la misericordia en todas las direcciones, no como un sentimiento más, sino como del amor de Dios por el hombre, una fuerza que da vida y que levanta al hombre desde sus situaciones de miseria. El Sínodo no será fácil, pero en el telón de fondo está el jubileo de la Misericordia que comienza el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Piensa el cardenal Kasper, que la misericordia, es uno de los principales atributos de Dios que se ha relegado de la reflexión teológica y esto tiene sus repercusiones en la vida cristiana.  El propio cardenal comenta en su libro, La Misericordia. Clave del Evangelio y de la vida cristiana, que es el gran tema de la teología del siglo XXI, pero imperdonablemente olvidado, incluso habla de una situación catastrófica,  ocupando un lugar marginal en los diccionarios enciclopédicos teológicos y manuales de teología dogmática. Sin embargo, la misericordia divina es uno de los elementos centrales tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, debiendo debe ocupar el lugar central que le corresponde, ya que no se hace justicia a la importancia que ocupa en los textos bíblicos.

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Ya en el siglo XX, el primero que acometió este desafío fue Juan XXIII, el papa bueno, hablando de en sus diarios, como el más bello nombre de Dios. Juan XXIII, en la apertura del Concilio Vaticano II, animó a agudizar los oídos y a emplear un nuevo tono con la medicina de la misericordia y no con el arma de la severidad. Francisco, pensamos, quiere recuperar ese tono y tomado la misericordia con una hondura profética, como un tiempo para dejarse tocar el corazón. Un tiempo para la misericordia en la familia que es crecer en el amor, donde es momento para agradecer, pedir perdón, para crecer en comunión y un antídoto contra los profetas de la ruptura.
Creemos que desde la misericordia, Francisco quiere abordar esta segunda parte del Sínodo de la familia, aunque no será nada fácil por las voces tan dispares que venimos escuchando. Se tratarán temas tan complicados como el divorcio, el matrimonio del mismo sexo, los divorciados y vueltos a casar, el modelo de familia que quiere la iglesia, la educación de los hijos, etc. Tal vez el asunto más complicado, como dice nuestro querido amigo Xavier Pikaza es el divorcio, algunos cardenales creen que cuestiona la ley divina de ley divina de la indisolubilidad del matrimonio. En el tema de la familia no estamos ante una cuestión de fe, no existe una resolución dogmática del magisterio sobre este asunto, ni sobre el modelo de la familia, ni sobre la indisolubilidad del matrimonio. También está el ejemplo de otras iglesias cristianas en este tema, pero debemos esperar al Sínodo y a sus conclusiones y propuestas.
 A pesar de las dificultades, ha despertado muchas expectativas y Francisco cuenta con el apoyo de muchos cristianos de base, incluso se han creado plataformas de apoyo en las redes y en los medios de comunicación. En nuestra lengua está la web “Pro Francisco”, que está presente también en las redes sociales, una iniciativa que pretende “remar con el Papa” con distintas herramientas a través de la red. Según sus palabras, un intento de aglutinar a personas, asociaciones, medios de comunicación, colectivos e instituciones del ámbito hispano, cuyo objetivo es apoyar al Papa y sus reformas en busca de una Iglesia más evangélica.
En el día que estoy escribiendo esta entrada del blog, el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario general del Sínodo, acaba de presentar el Sínodo de la familia, de él extraemos algunas informaciones interesantes. Estará compuesto 270 Padres sinodales, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, pero lo más novedoso es que participación de otros invitados de diferentes culturas, 24 expertos o colaboradores del Secretario Especial, 51 auditores y auditoras, 14 delegados fraternos. Entre ellos cuentan con 18 matrimonios (17 entre los auditores y una entre los expertos) y un total de 31 mujeres de gran nivel profesional. Posiblemente por los temas a tratar será una de las convocatorias de mayor difusión informativa desde el Concilio Vaticano II. También presentó novedades metodológicas, una comisión de diez padres sinodales, guiados por el relator Peter Erdö, supervisará los trabajos y en las conferencias de prensa diarias participarán 50 padres sinodales. Es un momento para empujar y remar según el “signo de los tiempos” y situar en el centro del anuncio la pregunta por la misericordia.
Eres la blanca puerta del empíreo,
siempre abierta al que llama, y donde se abre
de las tinieblas—divinas entrañas—
el resplandor. De par en par sus hojas
—a la diestra justicia y a la izquierda
Misericordia…
Miguel Unamuno, “puerta” del Cristo de Velázquez