martes, 20 de agosto de 2013

27 julio, sábado. Atenas - Sunión - Madrid- Salamanca



“Tengo en perspectiva una magnífica ocasión para anunciar el evangelio” (I Cor 16,9)


Reciente la visita al monumento funerario de Nikos Kazantzakis, marchamos a cenar y a tomar el Ferry de vuelta a Atenas. El viaje es largo, unas 10 a 11horas, aunque los camarotes son buenos y se puede dormir y descansar. Salimos al puente, mientras se hacía de noche, se alejaba poco a poco el puerto de Heraklion y la isla de Creta, mar adentro. Como no pensar en esos marinos en la antigua Grecia, mientras nos adentrábamos en la noche profunda, no era raro navegar de noche, si los vientos eran favorables o la travesía era larga, así lo atestiguaba Jenofonte de Éfeso.  Por nuestra mente pasó, no sólo el navegar de noche, sino en esos barcos pequeños, débiles, los tirremes y birremes, a unas velocidades de 10 km por hora y con hasta 170 remeros. Era una osadía adentrarse en la mar profunda en plena oscuridad, pero las Polis, dependían del comercio en altamar, era cuestión de vida o muerte. Los barcos en Atenas, salvaron la ciudad de numerosas invasiones, como nos recordaban en la batalla de Salamina.

Llegamos a las 6:30 de la mañana a Atenas, antes de llegar a desayunar al hotel, realizamos la última oración de la mañana de la peregrinación a Grecia. 

Quisiera retomar las palabras de José Manuel, que ambientan la oración:
Termina nuestra peregrinación tras las huellas de Pablo por Macedonia y Acaya, pero sigue nuestro camino de creyentes tras los pasos de Jesús. Atrás quedan muchas experiencias intensas, de las que hemos sacado luz, aliento y estímulo para nuestro camino cristiano. Y por delante tenemos la vuelta a nuestras casas y a nuestras tareas de siempre, con el compromiso de ser más fieles seguidores de Jesús.
En estos días el Señor se nos ha hecho especialmente cercano y hemos sentido su llamada. Como a Pablo, cuando Dios se le manifestó en el camino de Damasco, también a nosotros Él nos ha dicho Me he aparecido a ti, para hacerte mi servidor y para que des testimonio de lo que has visto, y de lo que aún te mostraré(Hch 26,16). En cada uno de nosotros queda ahora la responsabilidad de estar a la altura de lo que el Señor quiere y espera de nosotros.

Palabra de Dios
“Hermanos, os he anunciado el designio de Dios y no he
omitido nada de lo que os pudiera ser útil. ¡Cuidad ahora de
vosotros mismos! Yo sé que después de mi partida, entrarán
en medio de vosotros lobos crueles, que harán estragos en el
rebaño…
Por eso, estad alerta y acordaos de que durante tres años,
día y noche, no me cansé de amonestar con lágrimas a cada
uno de vosotros. Ahora os encomiendo a Dios y a su mensaje
de gracia, que tiene fuerza para que crezcáis en la fe y para
haceros partícipes de la herencia reservada a los consagrados.”
(Hechos de los Apóstoles 20, 27-32)
Última palabra
Después de abrazarme a Ti, mi Dios,
ya no me desacostumbro de mirarte.
Te tengo un amor tan ancho y desvalido
que sin él parece que no existo,
necesitado de Ti y admirado de ese amor tuyo,
que no me necesita para nada.
Por eso, mi Dios, he tirado mis dioses a la calle
y vivo en tus brazos una vida libre y rescatada.
Y cada mañana se me viene encima
un alud de vida y esperanza.
Quiero estar en la hermosa incertidumbre
de vivirte y esperarte.
Me envuelvo cada mañana en tu Alianza
y quiero darte, mi Dios,
una respuesta fiel y de por vida.

A las 7 horas estábamos desayunando en el hotel, para marchar después a la Catedral Católica de Atenas, dedicada a San Dionisio Areopagita. En ella, se celebró se el 14 de mayo de 1962, el enlace entre el Rey Juan Carlos I de España y Doña Sofía, aunque luego marcharon en procesión  a la catedral metropolitana ortodoxa griega, para repetir el enlace por el rito ortodoxo. Está situada en una amplia y céntrica avenida, junto a la Biblioteca Nacional y las facultades de Artes y Filosofía. En la Catedral celebramos la última Eucaristía, muy intensa y con gran alegría. 

Permitirme, sobre todo José Manuel, que reproduzca esta última celebración, casi por completo, para que cada uno en oración, medite, recuerde, acompañe, etc…
“Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad
alegres. Que todo el mundo os conozca por vuestra
bondad. El Señor está cerca. Que nada os angustie; al
contrario, en cualquier situación presentad vuestros
deseos a Dios orando, suplicando y dando gracias. Y la
paz de Dios, que supera cualquier razonamiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos
por medio de Cristo Jesús.” (Flp 4, 4-7)

  1. “¡Echad las redes!”, la tarea permanente de la Iglesia

  1. “¡Venid a comer!”, el encuentro en la orilla con el Señor

  1. “¿Me amas?”, la pregunta que vuelve una y otra vez

  1. “¡Sígueme!”, la última palabra del Señor

3. Remar mar adentro
Quiero aceptar tu reto,
mas siento
en la garganta
un apretado nudo
y no sé decir nada.
Oigo tu invitación,
pero no suelto amarras
y no acierto a zarpar
para ir a la mar alta.
Yo me quedo en la orilla,
que es pequeña mi barca
y son pocas mis fuerzas
para cruzar las aguas.
¿No podré ser tu amigo
si me quedo en la playa
recibiendo los besos
de la tarde dorada?
Mas… no. Ven a mi bote,
desenvaina la espada
y corta de un tajazo
las cuerdas
que me amarran.
Patxi Loidi

4. Certezas y convicciones
“Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra
nosotros? El que no perdonó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
gratuitamente con él todas las cosas? ¿Quién podrá
acusar a los hijos de Dios? Dios es el que absuelve.
¿Quién será el que condene? ¿Cristo Jesús, el que
murió, mejor dicho, el que resucitó, el que está a la
diestra de Dios y el que intercede por nosotros?
¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿La
tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la
desnudez, el peligro, la espada? Dice la Escritura: Por tu
causa estamos expuestos a la muerte todo el día,
somos como ovejas destinadas al matadero. Pero en
todas estas cosas salimos triunfadores por medio de
aquel que nos amó.
Porque yo estoy persuadido de que ni la muerte, ni la
vida, ni los ángeles ni otras fuerzas sobrenaturales, ni
las cosas presentes ni las futuras, ni los poderes de
cualquier clase, ni lo de arriba ni lo de abajo, en una
palabra, nada ni nadie podrá separarnos del amor que
Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús, nuestro
Señor.”
(Romanos 8,31-39)

 

5. Una súplica atrevida
Puestos a ser osados, nos atrevemos a pedirte, Señor:

tener siempre en la cabeza la memoria de Aquel
de quién nos hemos fiado;

en los ojos, la capacidad de ver su presencia
en la realidad;
en los oídos, la escucha atenta de los gritos
de los que no tienen voz;

en los labios, una palabra buena y tierna
para los que buscan y preguntan;

en el rostro, la alegría y la esperanza
para los que andan tristes y perdidos;

en los brazos, la resistencia y la lucha
por tu Reino…

Aquí y ahora, en las manos
la disponibilidad y un manantial de caricias;

en los hombros, la fortaleza necesaria
para cargar a los cansados o heridos;

en los pies, la itinerancia por tus caminos,
y alas para despegar;

en el corazón, tu paz, tu latido
y tu pasión por el Reino. Amén.

7. Y ahora…

Ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí. Mi
vida presente la vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual
me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Gálatas 2,20
“Mi carta sois vosotros, una carta escrita en el
corazón, y que es conocida y leída por todos los
hombres. A la vista está que sois una carta de Cristo
redactada por nosotros y escrita no con tinta sino con el
Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne, en el corazón.”
II Corintios 3,2-4

“Tengo en perspectiva una magnífica oportunidad
para anunciar el Evangelio”
I Corintios 16,9


Como vemos para ser el último día, fue un día intenso y muy aprovechado en todos los sentidos. Al salir de la Eucaristía, marchamos al Museo Arqueológico Nacional, el mayor museo de Grecia y uno de los mayores del mundo dedicado al arte de Grecia Antigua. Se abre en el año 1889, fue diseñado por L. Lange y remodelado por Ernst Ziller. La gran superficie de exposición - numerosas galerías de cada piso representa un total de 8.000 metros cuadrados, con más de 11.000 objetos desde la prehistoria hasta la antigüedad tardía. Tiene una colección permanente impresionante, así como exposiciones temporales.
Podemos destacar, sin repasar todas las salas:
La colección del Neolítico, es parte de la colección de Prehistoria del Museo Arqueológico Nacional, e incluye las exposiciones más antiguos y representativos yacimientos de la cultura neolítica y las culturas que se desarrollaron en el Egeo antes de la micénica. Estos objetos proceden de asentamientos y tumbas del Neolítico, la Edad del Bronce Temprano y Medio, tanto desde la Grecia continental y las islas del Egeo.
La colección Micénica, se encuentran los restos, que datan de la Edad del Bronce, un período más glorioso de la civilización micénica. Estos provienen principalmente, de los principales centros de Andhra Pradesh y en especial Micenas, en Mesenia, Laconia, Ática y otras partes de Grecia. Se encuentra todo tipo de objetos y ajuares, la mayoría de las tumbas. Destacan las máscaras funerarias de oro macizo micénicas (como la denominada de Agamenón y otras más rodeadas de objetos también de oro, armas, joyas...).
La colección de esculturas del Museo Arqueológico Nacional es considerada uno de los más importantes en el mundo. Punto focal de la exposición es mostrar el desarrollo de la escultura en Grecia desde los orígenes de la escultura monumental, siglo VII a. C, hasta la época romana tardía, siglo IV d. C. Las esculturas se presentan en orden cronológico para comprender la evolución de las primeras formas, antiguas, estrictas y convencionales a realistas, formas apasionadas del periodo helenístico y para terminar los retratos individuales de la época romana. Podemos subrayar y admirar a los atletas arcaicos, los kúros, con su sonrisa enigmática; el impresionante “Poseidón” de bronce del 450 a.C., que impone a pesar de no tener su tridente; el “jockey” (Caballo y Jinete del siglo II) y el Efebo de Anticítera (349 a.C.), etc

Tenemos también las colecciones de objetos menores, de metales, de Egipto y cercano oriente, colección Stathatou, de Eretria, etc.
Pero si este museo por sí solo merecería el día, todavía visitamos otro importante museo de la Cultura Bizantina. Es uno de los museos más modernos de Grecia, ofrece una visión global de la cultura bizantina. Las colecciones del museo incluyen esculturas, mosaicos, frescos, monedas, inscripciones iconos, cerámica, manuscritos, miniaturas y objetos de vidrio. Este material proviene de las excavaciones en Salónica y otras partes de Macedonia, de las compras, las donaciones. En el museo han sido donados y dos grandes colecciones privadas, una de Dora Papastratou, que consiste en grabados religiosos ortodoxos, y otra, de Demetrio Economopoulos, que incluye fotos y cerámica, monedas y obras en miniatura.
Después de comer, siguiendo la costa ateniense marchamos hasta cabo Sunión, a unos 60 kilómetros al sureste de la ciudad de Atenas, salpicada de numerosas playas y urbanizaciones turísticas y residenciales. Al final, mereció el recorrido, donde pudimos admirar la bella imagen del templo de Poseidón, con sus 16 altas y esbeltas columnas, magníficamente colocado en un promontorio rocoso. Fue construido hacia el año 440 a. C, por el mismo arquitecto que construyó los templos de Hefesto del ágora de Atenas y Némesis en Ramnous. Las excavaciones han demostrado que la “cella” no tenía columnas y debía acoger a una gran estatua de Poseidón, de más de dos metros de altura, como la rescatada por las redes de unos pescadores en cabo Artemision, al norte de Eubea.
Ahí estaba el cabo Sunión, sobre un manto turquesa del mar Egeo, donde hay que doblar para llegar de vuelta a Ítaca, donde empieza la Odisea. Como los marineros, los peregrinos tuvimos por fin de Ítaca el sosiego, cargados de una rica experiencia, quisiéramos decir como Pablo “Nosotros también creemos y por eso hablamos” (II Cor 4, 13)




Y DESPUÉS…
 
DIOS y TÚ
 
Sólo Dios da la vida,
pero tú puedes defenderla y entregarla.
Sólo Dios puede dar la fe,
pero tú puedes dar testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes devolverla a los que la perdieron.
Sólo Dios puede dar el amor,
pero tú puedes amar a los hermanos.
Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes sembrarla a tu alrededor.
Sólo Dios puede dar la fuerza,
pero tú puedes animar también.
Sólo Dios es el Camino,
pero tú puedes enseñárselo a otros.
Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes ponerla en alto para que todos la vean.
Sólo Dios puede hacer lo imposible,
pero tú puedes hacer lo posible.
Sólo Dios se basta a sí mismo,
pero prefiere contar contigo. 
                                                                  José Luis Martín Descalzo 

jueves, 15 de agosto de 2013

26 julio, viernes. Festos - Gortys - Arkadi - Rethymno - Heraklion

 “Se ha manifestado la gracia de Dios que trae la,salvación para todos” (Tito 2,1)




Salimos pronto de Héraklion, nuestra primera visita de la mañana era las ruinas de Gortys (Gortina), una ciudad cretense con más de seis mil años de antigüedad, donde se encuentra la iglesia de San Tito. En el autobús, realizamos la primera oración de la mañana:

Del libro del Peregrino….

…..Sin duda, todos podemos y necesitamos mejorar e intensificar nuestra relación personal con Jesús y nuestro compromiso en la difusión del evangelio. Ya san Juan Crisóstomo advertía a sus fieles en sus homilías “nada nos impide a nosotros ser como Pablo”.

HIMNO

Hoy que sé que mi vida es un desierto,
en el que nunca nacerá una flor,
vengo a pedirte, Cristo jardinero,
por el desierto de mi corazón.

Para que nunca la amargura sea
en mi vida más fuerte que el amor,
pon, Señor, una fuente de alegría
en el desierto de mi corazón.
Para que nunca ahoguen los fracasos
mis ansias de seguir siempre tu voz,
pon, Señor, una fuente de esperanza
en el desierto de mi corazón.

Para que nunca busque recompensa
al dar mi mano o al pedir perdón,
pon, Señor, una fuente de amor puro
en el desierto de mi corazón.

Para que no me busque a mí cuando te busco
y no sea egoísta mi oración,
pon tu Cuerpo, Señor, y tu Palabra
en el desierto de mi corazón

J.L. Martín Descalzo

“Tened en cuenta el momento histórico concreto que nos ha tocado vivir. Ya es hora de que despertéis del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer. La noche está muy avanzada y el día se acerca. Despojémonos de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz. Portémonos con dignidad, como quien vive en pleno día. Nada de comilonas y borracheras; nada de lujuria y libertinaje; nada de envidias y rivalidades. Por el contrario, revestíos de Jesucristo, el Señor, y no fomentéis vuestros apetitos desordenados. Llevad una vida santa.”
Romanos 13, 11-14

Siempre a nuestra derecha golpeaban nuestros ojos con la imponente mole del Monte Ida, de casi 2500 metros de altura. Según la mitología, fue el monte donde nació Zeus, allí fue ocultado por Rea, para escapar de las garras de Cronos. En Gortina bajo un árbol, Zeus, trasmutado en buey albo,   sedujo a Europa tras raptarla en Fenicia. De su unión nacerían tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón. Según la antigua mitología helena Minos reinaría en Cnosos, donde su esposa, Pasifae engendraría al célebre Minotauro. Radamantis y su hijo Gortis fundarían Gortina.
Aunque lo primero que nos llamó la atención al llegar, fue la basílica de Tito. El querido Tito, había acompañado a Pablo en sus viajes, pero recibe de Pablo la misión de realizar varios trabajos pastorales en la isla de Creta. Su misión es temporal, como nombrar ministros para la Iglesia en la zona, enseñar los principios de la fe, mantener la unidad, distribuir responsabilidades, etc… Es misión, no parece que fue larga, ya que Tito, regresará con Pablo. Pero según Eusebio de Cesárea, Tito volvió a Creta para acabar allí sus días, convirtiéndose en el primer Obispo de la isla. Independientemente del trasfondo histórico, Tito debió ser un hombre con grandes dotes de liderazgo, tenía iniciativa propia, y el apóstol Pablo, le debió encomendar la resolución de situaciones complicadas en esas primeras iglesias nacientes. Su labor debió ser muy eficaz, con gran entusiasmo y entrega, con amor a las personas y siempre dispuesto al su ministerio.
Al llegar, fuimos directamente hacia las ruinas del Odeón y detrás de éste estaba la sala de las leyes. Fueron labradas en piedra en el siglo V a. C. La forma es arcaica, están escritas con letras grandiosas sobre una serie de tablillas de piedra que están adosadas a una pared. Estas leyes de Gortina, están dedicadas principalmente al derecho de familia y diversos asuntos económicos.

Cerca de los restos de la Basílica de Tito, obra bizantina del siglo VI d. C.,  realizamos una oración:
En Creta
(Iglesia de san Tito)

“Tito es mi verdadero hijo en la fe común” (Ti 1,4)

“He rogado a Tito que, ya que él comenzó la colecta, sea él
también quien lleve a feliz término esta obra de caridad entre
vosotros… Gracias sean dadas a Dios, que ha puesto en el
corazón de Tito la misma solicitud que tenemos por vosotros,
pues, respondiendo a nuestra llamada y más solícito que
nunca, por propia iniciativa se puso en camino hacia vosotros.
Con él enviamos a otro hermano, elogiado en todas las
iglesias por su servicio al evangelio…. Evitamos así que
alguno nos critique por el hecho de que administremos la
importante suma de la colecta, pues procuramos hacer bien
las cosas, no sólo ante Dios, sino también ante los
hombres… De Tito no hace falta decir que es mi compañero y
colaborador en favor vuestro.” (II Cor 8,6.16-21.23)

Líbranos y ayúdanos, Señor

Líbranos, Señor, de la frivolidad
que no nos deja escuchar tu Palabra.
“Algunos sólo prestan oído a las fábulas
que nos apartan de la verdad” (Ti 1,14)

Líbranos, Señor, de nuestra mezquindad
que nos impide caminar por los caminos
del compromiso y del esfuerzo.
“Enseña según la sana doctrina, para que
vivan plenamente la fe, el amor y la paciencia” (Ti 2,2)

Haznos salir de nosotros mismos
para que podamos vivir de verdad
la alegría de ser hijos de Dios.
“Porque se ha manifestado la gracia de Dios,

que trae la salvación para todos los hombres” (Ti 2,11)

Ten piedad de nosotros, Señor,
y ayúdanos a mantenernos firmes en la fe,
gozosos en la esperanza,
generosos y disponibles en el amor.
“Dios nos enseña a renunciar

a una vida sin religión y a los deseos del mundo,

para que vivamos el tiempo presente

con moderación, justicia religiosidad” (Ti 2,12)

Gortina vivió sus mejores días en la época Romana, aliada de los desde el año 67 a.C., Gortina se convirtió en capital de la isla y centro comercial del Levante. El Imperio expandió la ciudad erigiendo el foro, el templo de Apolo Pitias, dos teatros, el ágora, un estadio, unos baños públicos y un odeón. Este último, un edificio cubierto, situado al norte del ágora, fue construido en el siglo I aprovechando en parte los bloques de piedra que contenían las leyes.
Desde Gortina, marchamos a visitar los restos arqueológicos de Festos, uno de los cuatro palacios excavados de la civilización minoica, junto con Cnosos, Maliá y Zakros. Un gran patio central, en el que se agrupan las habitaciones, la planta baja se reserva para almacenes, archivos y salas de uso ritual. Los pisos superiores son los dedicados a las estancias reales. Todas estas plantas se comunicaban por un complejo de escalinatas.
Los palacios eran la unidad política y económica del territorio cretense. La ocupación de Festos, se remonta al Neolítico, aunque su máximo esplendor será hacia 1700 a. C., época que se construye el segundo palacio. La leyenda, hace de Festos, la capital de Ramantis, hermano del rey Minos y uno de los jueces de los infiernos. Es también la patria de Epiménides, uno de los siete sabios de Grecia. En el museo de Heraklion, vimos el día anterior el disco de Festos, un disco de arcilla cocida con inscripciones por ambas caras y fechado en la edad de Bronce, cuya escritura y uso no han sido determinados.
Dejando el palacio de Festos, marchamos a la ciudad costera de Rethymno. Realizamos un paseo por la zona central, allí pudimos observar la mezquita de Nerantzi, edificio conservado que recuerda el paso de los turcos en la isla. Aunque la ciudad fue construida por los venecianos, conservando edificios públicos, como la fuente Rimondi, así como la fortaleza.
Después de comer marchamos al monasterio de Arkadi. Monasterio ortodoxo situado en la meseta del mismo nombre, región fértil llena de viñedos, olivos, cipreses, y rodeada de abruptas gargantas. Más que un monasterio, la primera impresión es que parecía una fortaleza enorme. Allí el pope que cuidaba la entrada, nos dio la bienvenida con las palabras “llora España”, haciendo referencia estremecida el accidente del tren de Santiago de Compostela.


El monasterio, lejos de ser solamente un bello monumento religioso, constituye el símbolo más sagrado de la lucha de los cretenses por liberarse del ocupante turco, encabezados por Costas Yambudakis. En la novela Libertad o muerte, de Nikos Kazantzakis, se analiza la revuelta de Creta de 1889. Me gustó mucho la iglesia, Se trata de una basílica de dos naves. La nave norte está dedicada a la Transfiguración de Cristo y la nave sur a Constantino y Santa Elena. Según la inscripción en la fachada de la torre, la iglesia fue fundada en 1587 por Klimis Khortatzis. La arquitectura del edificio está marcada por una fuerte influencia del arte renacentista, ya que su fundación se remonta a la época veneciana.


El día no terminó aquí, todavía se visitaron más sitios, como en todo el viaje, se aprovechaba y se estrujaba cada rincón de los lugares programados. Marchamos al pueblo donde nació Doménikos Theotokópoulos, nuestro Greco. Aunque en la mayor parte de los libros se refiere como nacimiento Candía, actual Heraklion, capital de la isla de Creta, visitamos Fodele en medio de un monte de naranjos, donde se cree que nació y allí se colocó un monumento conmemorativo. Junto a un platanero, la Universidad de Valladolid, colocó una placa conmemorativa en 1934:
"LA FACULTAD DE HISTORIA
DE LA UNIVERSITAD DE VALLADOLID
ALMA EN EL CORAZON DE CASTILLA
OFRENDA A FODELE ESTA PIEDRA
ARRANCADA DE TOLEDO
EN MEMORIA DE LA GLORIA INMORTAL
DE DOMENIKOS THEOTOKOPOULOS
JULIO 1934"

Su historia posterior es más conocida, se formará en un taller de iconos en Candía, de Juan Gripiotis aunque parece tener también contacto con Georgios Klontzas. Realizará iconos, tanto a la forma Griega (Greca) siguiendo el modelo bizantino, y a la latina, siguiendo los modelos renacentistas italianos. De Creta pasará a Venecia, donde trabajará con Ticiano, sin despreciar la inspiración del Tintoretto, Veronés, Bassano, Pordenone o Schiavone, interesándose especialmente por el Manierismo. Siete años pasará en Roma, tras los pasos de Miguel Ángel, donde estudió las obras de Correggio y Parmigianino. Allí, tiene noticias de la construcción del monasterio del Escorial por Felipe II, se trasladará a España a probar fortuna. La Alegoría de la Liga Santa y el Martirio de San Mauricio son las obras que le presenta al rey,  dichas obras no fueron de su agrado, por lo que Doménikos se instala definitivamente en Toledo, ciudad a la que le dedicará las principales obras con una innovación revolucionaria para su tiempo. En los albores del siglo XX pasaron tres siglos en los que sólo Manet y los románticos supieron ver el fulgor que luego encandilaría a los expresionistas alemanes del Jinete Azul, con Kandinsky a la cabeza, o a Picasso.
Terminamos nuestro recorrido en el monumento funerario dedicado a Nikos Kazantzakis en Heraklion. En el epitafio de su tumba un letrero en griego refleja el alma del apasionado escritor: "No temo nada, no espero nada, soy libre."  
Nace en Creta, en pleno imperio otomano, pero será en Atenas, donde comienza sus estudios universitarios decantándose por el Derecho. Pero Grecia era un lugar donde Kazantzakis apenas podía respirar,  de modo que se traslada a París para estudiar filosofía, donde tiene como profesor a Henri Bergson. Realizará un viaje por todo el mundo, desde Alemania a Japón, pasando por España. Coqueteará con el comunismo, pero su mente era demasiado abierta para atarse a una sola ideología. Será propuesto para el premio Nobel de literatura. En 1957, pierde el Premio por un solo voto a favor de Albert Camus. El escritor y filósofo francés diría más tarde que Kazantzakis era cien veces más merecedor del premio que él mismo. Aquel mismo año de 1957 contrae una leucemia. La muerte le sorprende en Alemania. Sus restos son enterrados en Heraklion, porque la Iglesia Ortodoxa prohibió que fuera enterrado en un cementerio.
Sus más famosas novelas son muy conocidas, aunque no siempre están presentes en muchas librerías: Alexis Zorba (1946); Cristo de nuevo crucificado (1948); Libertad y Muerte (1950); La última tentación de Cristo (1951); El pobre de Asís (1956); Informe al Greco (1961). 


Nikos Kazantzakis, dedicará a la ciudad de Salamanca, dos capítulos de su libro Viajando. España. La visitará en 1932, donde afirmará en su prólogo, que el viaje y la confesión (la creación es la forma más elevada de confesión) han sido las dos mayores alegrías de su vida. Hace referencia a la historia de la Universidad, a Fray Luis de León que como muestra en el libro, es gran conocedor del fraile agustino. Pero sobre todo destaca en la segunda parte, su conversación con Unamuno, que parece que conversan y se ven en 1936, estando Kazantzakis en España como corresponsal de guerra. Afirmará literalmente, que no quería marcharse sin ver “al terrible puercoespín de Unamuno”, donde tenía preparadas numerosas preguntas. Pero todos conocemos a don Miguel, aparcaba el estandarte de su “yo”, y no daba margen a su interlocutor. Pero hablan de la guerra, de la desesperación de Unamuno, y del pueblo español, ninguna otra lengua tiene la palabra desesperado, no tener nada donde agarrarse, no creer en nada, y al no creer la rabia se apodera de uno. Es posible que Nikos compusiera con estas palabras el héroe cretense kapetán Mijalis (capitán Miguel), desesperado, valiente y resistente hasta los últimas consecuencias.
Ambos escritores comparten el insoportable rostro de la verdad de San Manuel Bueno Mártir o del Sentimiento Trágico de la vida, esas preocupaciones por la muerte y la inmortalidad del alma. Ese rostro trágico de la verdad y un humanismo profundo son compartidos por ambos escritores. Como no recordar la obra de Nilos Kazantzakis, Ascética: Mi Dios no es todopoderoso. Lucha corre peligro en todo momento, tiembla, tropieza en cada ser animado, grita. Cae vencido y de nuevo se levanta sin cesar, lleno de sangre y tierra, vuelve a emprender la lucha.
En otro punto del libro describe al ser humano, soy una criatura efímera, débil, hecha de barro y sueños. Pero dentro de mí siento remolinear todas las fuerzas del Universo.
Ahí está esa obsesión por Dios, por el hombre, por la libertad, en la obra y en la vida de Nikos Kazantzakis.