domingo, 27 de julio de 2014

“Pablo estuvo en Efeso dos años, de modo que todos los habitantes de Asia oyeron la Palabra del Señor” (Hch 19, 10)



25, julio, viernes: EFESO – MANISA
“Pablo estuvo en Efeso dos años, de modo que todos los habitantes de Asia oyeron la Palabra del Señor” (Hch 19, 10)
Eucaristía en Meryemana (casa de María) - Visita detenida a la ciudad romana de Efeso: odeón, templo de Domiciano, vía de los curetes, templo de Adriano, biblioteca de Celso, teatro, vía Arcadia, iglesia del concilio – Basílica de San Juan – Restos del templo de Afrodita – Traslado y alojamiento en Manisa.



Perdonad la tardanza, pero ayer llegué agotado al Hotel, no es que no hubiera wifi, es que imposible estar conectados, el cansancio acumulado, la falta de sueño, el calor, me quedaba dormido sobre el ordenador, literal. Todo bien, hemos acabado nuestra peregrinación por Asia menor y estamos en Estambul, dentro de un rato iremos a ver la ciudad Bizantina.
Al salir Pablo de Antioquía de Pisidia, Pablo duda: alternativa que debe comprenderse tanto en sentido espiritual como geográfico. Tiene que escoger entre el suroeste por la Via Sebaste que lo conduciría directamente a Efeso -perspectiva seductora a priori- y la ruta del norte que le permitiría llegar a la provincia romana de Bitinia. La lógica inclina a pensar que Pablo y los suyos atravesaron la actual Ankara, Midas Sehri -capital del rey Midas-, Gordio, donde Alejandro Magno cortó el nudo famoso, que se detuvieron en Pérgamo donde residía una comunidad judía. Ellos la arengaron sin resultado. Allí subsiste hoy en día, en la cima de una montaña, una acrópolis que guarda templos  magníficos.
En realidad, Pablo no figura en el origen de la comunidad de Éfeso y la continuación de los Hechos de los Apóstoles (18,24-26), que lo otorgan preferentemente a Apolo así como a Priscila y Áquila, lo dejan entender de manera suficiente. A fin de prevenir esta conclusión y dar la prioridad a Pablo, el autor inserta una pieza de su propia cosecha y con un contenido convencional (Hch 18,19b-21a).
Tomamos la ambientación del libro del peregrino:
La ciudad de Efeso era la capital de Asia Menor. Por eso, Pablo eligió este lugar como sede estratégica para su trabajo evangelizador. Aquí residió él, al menos, dos años, y desde aquí coordinó la tarea evangelizadora de toda la región. No es extraño, por tanto, que cuando en Apocalipsis se dirigen siete cartas a “las Iglesias de Asia”, la primera carta vaya dirigida a la Iglesia de Efeso y los otros seis nombres sean de ciudades cercanas.
Aquí estuvo Pablo encarcelado. Y desde Efeso Pablo siguió de cerca y con suma preocupación la evolución y el crecimiento de las diversas comunidades, particularmente la de Corinto y las de la región de Galacia. Desde aquí escribió Pablo las cartas respectivas. Estamos, pues, en un lugar muy importante en el que los recuerdos paulinos se intensifican.
La inquietud y la pasión que puso Pablo por dar a conocer a todos la Buena Noticia de Jesús, fue la que según una tradición venerable y secular, llevó también a Santiago Zebedeo hasta España. Lo recordamos agradecidos en este día, en el que la Iglesia celebra su memoria, al mismo tiempo que invocamos la protección de los primeros apóstoles sobre la Iglesia universal. (pág. 42)



Desde Corinto, Pablo debía dirigirse a Siria, donde se encuentra Antioquía. Los Hechos de los Apóstoles le conducen allí, aunque no sin hacerle dar un importante rodeo, puesto que antes de llegar a su destino Pablo desembarca en Cesarea, situada en la costa palestina y, desde allí, “sube” a Jerusalén para saludar a la comunidad de la ciudad.
La pequeña ciudad de Selçuk (11.000 habitantes), aparte de las ruinas que hay en sus proximidades, no brinda la menor idea de la prestigiosa ciudad de Éfeso tal como se presentaba a la mirada de Pablo5. Se encontraba entonces en la costa jonia, al sur de la desembocadura del Kaÿstros (en turco, Küçüc Menderes, “pequeño Meandro”) cuyos aluviones han alejado hoy el paraje unos 8 km del mar. La historia romana de Éfeso comienza el año 190 a. de Cristo cuando el rey Antíoco III de Siria fue derrotado por los romanos en Magnesia del Sypyle. Éfeso, que se había puesto de su lado, fue atribuida a Pérgamo por el vencedor.

Así, cuando, el año 133 a. de Cristo, Atalo III, último rey de Pérgamo, legó sus Estados a Roma, Éfeso se volvió romana y, dejando aparte un concurso pronto abandonado a la revuelta de Mitrídates, lo siguió siendo a continuación. La ciudad se levantaba en la depresión situada entre el Pion y el Koressos (hoy Bülbül Dagh), protegida por una poderosa muralla de unos 9 km, construida antaño a iniciativa de Lisímaco, rey de Macedonia. Éfeso, capital de la provincia de Asia y sede del procónsul, puerto con dos cuencas y centro de comunicación entre Oriente y Occidente, que contaba entonces con unos 225.000 habitantes, se señalaba tanto por su intensa actividad comercial como por sus fastuosas construcciones. Entre ellas figuraba un teatro, reedificado en la época romana, que podía albergar a 24.000 espectadores, y el célebre Artemisión, del que volveremos a hablar, contribuía no poco a la prosperidad de la ciudad gracias a los peregrinos que atraía.

Dirigiéndose a Éfeso, Pablo no efectuaba una elección arbitraria. A la importancia de la ciudad se asociaba aquí el hecho de que Éfeso ocupaba una posición central respecto a las Iglesias que Pablo había fundado antes: “en línea recta, Éfeso estaba situada a igual distancia de Galacia que de Tesalónica (a unos 480 km). Corinto (a unos 400 km), Filipos (a unos 445 km) y Antioquía de Pisidia (a unos 330 km) entraban fácilmente en el mismo círculo”.
Pasamos a la ambientación del libro del peregrino en la pág. 92:
“En Asia Menor se entrecruzaron varias líneas misionales cristianas y judías. Pablo, en su trabajo misionero, hizo de Efeso una de sus bases estratégicas. Pero él no fue el único misionero aquí: en la capital de la provincia de Asia confluyeron también una misión pre-paulina y el paulinismo posterior del libro Hechos de los Apóstoles.
A éstos hay que añadir diversos misioneros, como los discípulos del Bautista, la presencia de Juan el Presbítero (al que se nombra en el Apocalipsis), los judeocristianos itinerantes. Aquí parece que recibieron también su configuración definitiva las tradiciones joánicas, así como la reacción contra las primeras desviaciones gnósticas…
Se puede afirmar, por tanto, que Efeso, donde confluyeron líneas diversas de la primitiva expansión cristiana, fue el crisol del catolicismo.”
(Ramón Trevijano, Univ. Pont. de Salamanca)



Recodando la tradición que vincula
a María con Efeso
Esta oración fue encontrada en un papiro en Egipto, al lado de la antigua ciudad de Oxirrinco. Ha sido repetida en las diferentes liturgias cristianas, de Oriente y de Occidente, al menos, a lo largo de dieciséis siglos. Probablemente es la oración mariana más antigua en la historia de nuestra fe:
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No desoigas la oración
de tus hijos necesitados.
¡Líbranos de todo peligro,
oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Libro del peregrino, págs. 97 – 98




Nos podía extender mucho en la historia y monumentos de Éfeso, nos hemos centrado sobre todo en Pablo. Pero no me resisto a citar a uno de los Efesianos más ilustres: Heráclito. Heráclito de Éfeso, conocido también como «El Oscuro de Éfeso», fue un filósofo griego. Nació hacia el año 535 a. C. y falleció hacia el 484 a. C. Es común incluir a Heráclito entre los primeros filósofos físicos (φυσικοί, como los llamó Aristóteles), que pensaban que el mundo procedía de un principio natural (como el agua para Tales, el aire para Anaxímenes y el Ápeiron para Anaximandro), y este error de clasificación se debe a que, para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues es una metáfora como, a su vez, lo eran para Tales y Anaxímenes. El principio del fuego refiere al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Esta permanente movilidad se fundamenta en una estructura de contrarios. La contradicción está en el origen de todas las cosas.
Tampoco hemos hablado de la Basílica de San Juan y  Biblioteca de Celso o de una de las siete maravillas del mundo antiguo, el tempo de Artemisa Lo haremos otro día. Son muchas cosas, en Salamanca con más reposo repasaremos todo.


Por la tarde, adelantamos una visita del día siguiente SARDES, conserva posiblemente el mejor gimnasio del mundo antiguo. Pero ahí lo dejamos de momento.

Un abrazo a todos del grupo.

Evocación en Sardes
Foto de grupo con el gimnasio de Sardes al fondo

jueves, 24 de julio de 2014

“Pablo llegó a Efeso después de haber recorrido las regiones montañosas” (Hch 19, 1)

24, julio, jueves: LAODICEA - AFRODISIAS - MILETO - KUSADASI
“Pablo llegó a Efeso después de haber recorrido las regiones montañosas” (Hch 19, 1)
Visita del área arqueológica de Laodicea – Continuación hasta Afrodisias, visita de esta ciudad romana: teatro, odeón, estadio, tetrapilon, museo… – Traslado a Mileto, ciudad de importantes recuerdos de San Pablo y de famosos sabios – Visita al teatro, ágora, puerto, termas…- Memoria de la despedida de Pablo - Alojamiento en Kusadasi.

Permitirme que el texto de hoy sea menor, acabamos de llegar al hotel y llevamos dos días con un aprovechamiento de las visitas muy intenso y escribir estos textos y editar las fotos me supone un esfuerzo extra grande.
El primer lugar visitado es Laodicea, es una ciudad del antiguo Imperio Seléucida, establecida entre 261 a. C. y 245 a. C. por el rey Antíoco II Theos y nombrada en honor de su esposa Laodice. Fue una próspera ciudad comercial, ubicada en la intersección de dos importantes rutas, y famosa por sus textiles de lana y algodón. Era un centro comercial y bancario clave. Vendía una muy conocida pomada para los ojos que contribuía a su riqueza, y también era famosa por prendas de vestir de alta calidad hechas de excelente lana negra allí mismo. También contaba con un acueducto que les proveía de agua tibia. En el sitio arqueológico actual pueden observarse las ruinas del estadio, el anfiteatro, el odeón, la cisterna y el acueducto así como los baños termales y del Ninfeo.
Fue una de las siete iglesias del Apocalipsis. Del libro del peregrino, p. 135

“Estoy a la puerta y llamo”
“Escribe al ángel de la Iglesia de Laodicea: Esto es lo que dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Pero porque eres tibio, y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca.
Estás diciendo: Yo soy rico, yo me he enriquecido, a mí no me falta nada; y no sabes que eres desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado en el fuego para enriquecerte, vestiduras blancas para vestirte, y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas.
Yo reprendo y castigo a los que amo; por tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo. Al vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, igual que yo, que he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.
(Apocalipsis 3,14-22)


Dios llama también a mi puerta…
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío, si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía: «Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana, «Mañana le abriremos», respondía, para lo mismo responder mañana!
(Lope de Vega)

Después nos trasladamos a Afrodisias, recibe su nombre de Afrodita la diosa griega del amor, cuya estatua la Afrodita de Afrodisias residía en su templo ahí ubicado. La ciudad fue construida cerca de una cantera de mármol que fue utilizada extensamente durante la época helenística y del imperio romano. Las esculturas hechas a partir de éste, convirtieron a Afrodisias en un centro artístico famoso durante la era romana. Los edificios importantes tales como:
-          El Ágora: Área pública o mercado ubicada entre el Templo de Afrodita y la acrópolis, data del siglo I a. C.
-          El Teatro: Su construcción terminó en el 27 a. C. y fue modificado durante el siglo II para juegos gladitoriales.
-          El Museo de Afrodisias: Edificio moderno que alberga los hallazgos de Afrodisias.
Me pareció muy interesante el buleterión (consejo municipal) u odeón, está ubicado en el lado norte del ágora septentrional. Sus restos actuales están constituidos por un auditorio semicircular con un escenario bajo de unos 46 m de ancho. La parte inferior del auditorio yace intacta con nueve filas de asientos de mármol divididas en cinco secciones por escaleras radiales. Las doce filas de asientos superiores colapsaron con sus bóvedas de apoyo. El edificio consiste de un plano abierto, con varias entradas en la planta baja y escaleras para acceder las filas de asientos en la parte superior. Un sistema de estribos masivos demuestra que el techo del edificio consistía de una bóveda. El auditorio se iluminaba por luz que entraba por una serie de ventanas altas y arqueadas en el muro curvo exterior. Se estima que cabían unas 1750 personas.
Pero también el Estadio, que utilizó para eventos deportivos hasta que el teatro fue dañado irreparablemente durante un terremoto ocurrido en el siglo VII, lo que requirió que parte del estadio se remodelara para acaparar eventos teatrales. Medíaunos 270 m x 60 m de ancho. Constaba con 30 filas de asientos en cada lado y en cada extremo, lo que significaba que podía albergar unos 30.000 espectadores. La pista medía unos 225 m x 30 m. Ya que el estadio es aún más grande y su estructura más extensa que el del santuario de Apolo en Delfos, se considera como uno de los mejores preservados en la cuenca mediterránea.
Por último fuimos a Mileto, y lo primero que nos viene a la mente es Tales de Mileto, que todos hemos estudiado alguna vez en el colegio. Fue el iniciador de la escuela filosófica milesia a la que pertenecieron también Anaximandro (su discípulo) y Anaxímenes (discípulo del anterior). En la antigüedad se le consideraba uno de los Siete Sabios de Grecia. No se conserva ningún fragmento suyo y es probable que no dejara ningún escrito a su muerte. Se le atribuyen desde el s. V a. C. importantes aportaciones en el terreno de la filosofía, las matemáticas, astronomía, física, etc., así como un activo papel como legislador en su ciudad natal. Se considera a Tales de Mileto como el primer filósofo de occidente por haber sido quien intentó la primera explicación racional a distintos fenómenos del mundo de la que se tiene constancia en la historia de la cultura occidental. En su tiempo predominaban aún las concepciones míticas, pero Tales buscaba una explicación racional, lo que se conoce como "el paso del mito al logos", donde la palabra griega logos alude en este contexto a «razón», uno de sus significados en castellano.

La Ciudad de Mileto estaba situada en la desembocadura del río Meandro, en la costa oeste de Asia Menor. Tenía uno de los teatros más grandes de Asia con capacidad para más de 15.000 espectadores, y fue el origen del pensamiento filosófico debido a que tuvo contactos pacíficos con ciudades orientales de otras culturas, lo que provocó la apertura de mentes que posibilitó el origen de la Filosofía en la persona de Tales de Mileto. Se sabe que existía ya en el siglo XVI a. C., aunque Homero la considera fundada por los Carios, siglos después. Saqueada e incendiada en diversas ocasiones llegó a su máximo esplendor hacia los siglos VI y V a. C., precisamente cuando es el origen del pensamiento y la Filosofía.

Pablo pasó por esta ciudad cuando regresaba a Jerusalén con la colecta de sus Iglesias
“Desde Mileto Pablo mandó a buscar a los responsables de la Iglesia de Efeso. Cuando llegaron les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado con vosotros todo el tiempo desde el primer día de mi llegada a la provincia de Asia. He servido al Señor con toda humildad y con lágrimas en medio de las pruebas que me han ocasionado las asechanzas de los judíos; y no he omitido nada de cuanto os podía ser útil. Os he dado avisos enseñanzas en público y en privado; he tratado de convencer a judíos y griegos para que se convirtieran a Dios y creyeran en Jesús, nuestro Señor.
Ahora, como veis, forzado por el Espíritu voy a Jerusalén sin saber qué es lo que me espera allí. Eso sí, el Espíritu Santo me asegura en todas las ciudades por las que paso que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero nada me importa mi vida, ni es para mí estimable, con tal de llevar a buen término mi carrera y el ministerio que he recibido de Jesús, el Señor: dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios.
Ahora sé que ninguno de vosotros, entre quienes pasé anunciando el Reino de Dios, volverá a verme. Por eso, quiero deciros hoy que no me hago responsable de lo que os suceda en adelante. Porque nunca dejé de anunciaros todo el designio de Dios. Cuidad de vosotros mismos y de todo el rebaño, pues el Espíritu Santo os ha constituido pastores vigilantes de la Iglesia de Dios, que él adquirió con la sangre de su propio Hijo.
Yo sé que, después de mi partida, entrarán entre vosotros lobos crueles, que no perdonarán al rebaño. Incluso de entre vosotros mismos saldrán algunos difundiendo doctrinas perniciosas, para arrastrar a los discípulos detrás de ellos. Por eso, estad alerta y acordaos de que, durante tres años, noche y día, no me cansé de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.
Ahora os encomiendo a Dios y a su mensaje de gracia, que tiene fuerza para que crezcáis en la fe y para haceros partícipes de la herencia reservada a los consagrados. A nadie he pedido plata, oro o vestidos. Bien sabéis que con el trabajo de mis manos he ganado lo necesario para mí y para mis compañeros. Siempre os mostrado que así es como se debe trabajar para poder socorrer a los débiles, recordando las palabras de Jesús, el Señor, que dijo: Hay más felicidad en dar que en recibir.
Cuando terminó de hablar, se puso de rodillas y oró con ellos. Todos rompieron a llorar, abrazaban a Pablo y lo besaban. Estaban apenados sobre todo porque les había dicho que no lo volverían a ver más. Después lo acompañaron hasta el barco.”
(Hechos de los Apóstoles 20, 17-38)
Libro del peregrino, p. 140

Por hoy es todo. Un abrazo. Juan Antonio



“Soy testigo de que Epafras se preocupa mucho por los de Laodicea y Hierápolis…” (Col 4, 13)

23, julio, miércoles: ANTIOQUÍA DE PISIDIA - PAMUKALE
“Soy testigo de que Epafras se preocupa mucho por los de Laodicea y Hierápolis…” (Col 4, 13)
A primera hora, salida para Yalvac, es la antigua Antioquia de Pisidia – Visita al área arqueológica (templo de Augusto, iglesia de San Pablo) - Traslado a Pamukale (“castillo de algodón”): visita a los restos arqueológicos de Hierápolis (necrópolis, ágora, teatro, martirio de San Felipe) – Visita a las cascadas.

Ayer no pudimos hacer esta página del blog, aunque estamos en la edad de las comunicaciones y, fuimos a uno de los sitios más turísticos de Turquía, a un hotel grande, no pudimos conectarnos a la red. Después de un viaje largo, llegamos a los restos arqueológicos de Antioquía de Pisidia. Es  una de las primeras ciudades en albergar una comunidad cristiana durante el siglo I. Según ese texto (Hechos 13, 2), el apóstol san Pablo visitó esta ciudad en su primer viaje misionero, alrededor del año 44 d. C.  Fundada por los reyes seléucidas en el siglo III a.C, era una aglomeración muy pequeña cuando los ejércitos de Roma, en el año 25 a.C, la ocuparon. La decisión tomada por Augusto de establecer allí una colonia romana la transformó. Los veteranos desmovilizados después de Actium, obtuvieron allí tierras que ellos cultivaron. Con una condición: hacer reinar el orden en la población, para lo cual estaban perfectamente preparados. La colonia Caesarea, encrucijada de rutas, se convirtió en el motor de la romanización en Pisidia. Antioquía pasó a ser una réplica de la capital del Imperio: administración, tradiciones religiosas, división en barrios, cuerpos de ciudadanos. Se tomó la costumbre de llamarla: "la pequeña Roma".


Imaginemos a Pablo y a Bermabé atravesar las  murallas romanas. Después de haber atravesado la puerta, romana, claro está, se encuentran frente a dos avenidas perpendiculares bordeadas de pórticos: una -de sur a norte- que lleva el nombre del emperador Augusto: la otra -de oriente a occidente- erigida bajo el signo de Tiberio. Esta última los conducirá hasta una puerta monumental con tres arcos, decorada con emblemas que celebran la victoria de Actium. Estos propileos permiten acceder al centro de una vasta explanada rodeada de un pórtico de dos pisos, tallado en la roca: la plaza de Augusto. En la mitad de ésta, el templo principal de la ciudad, dedicado naturalmente al emperador-dios Augusto.

Leemos en Hechos de los Apóstoles que “la Palabra del Señor se difundió por toda aquella región”. Y esto, inicialmente, gracias al trabajo misionero de Bernabé y Pablo. En un segundo momento, Pablo acompañado de Silas volvió a las ciudades en las que habían anunciado la Palabra del Señor, para “fortalecer a estas Iglesias en la fe”.
Nos animamos, como peregrinos que van rastreando las huellas de Pablo, a completar con nuestra imaginación los restos que quedan de los pasos de Pablo y de otros misioneros cristianos por estos arduos caminos.
Libro del peregrino, pág 28
HIMNO de PEREGRINOS
Somos un pueblo que camina,
y juntos caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos en busca de un destino,
destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues, sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Libro del peregrino, p. 28 y 29


Después de comer, fuimos en auntobús a Pamukkale, donde está situada los restos arqueológicos de Hierápolis. Allí la mayor sorpresa fue visitar las avanzadas excavaciones de la tumba del Apóstol Felipe. uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, nacido en Betsaida (Galilea) (Juan 1, 44), junto al Lago de Genesaret, y muerto según la tradición apostólica en Hierápolis (Turquía). Felipe estaba entre los que seguían a Juan el Bautista y contaba con él cuando Juan señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios. El Cuarto Evangelio registra tres episodios referentes a Felipe que ocurrieron durante la vida pública del Salvador:
-          Antes de la milagrosa alimentación de la multitud, Cristo se vuelve a Felipe con la pregunta: “¿Cómo vamos a comprar pan para que coman estos?” a lo que responde el Apóstol: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco” (6, 5-7).
-          Cuando algunos paganos en Jerusalén vienen a Felipe y le expresan su deseo de ver a Jesús, Felipe informa del hecho a Andrés y luego ambos llevan la noticia al Salvador (12, 21-23).
-          Cuando Felipe, después de que Cristo hubiera hablado a sus Apóstoles de conocer y ver al Padre, le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, recibe la respuesta: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (14, 8-9).

La tumba del Apóstol fue descubierta por Francesco D’Andria en el año 2011. En 1957, se permitía al equipo de arqueólogos hacer búsquedas en Hierapolis. El profesor Paolo Verzone fue el primer director de aquella misión. Empezó enseguida naturalmente a buscar la tumba del apóstol Felipe. Concentró las excavaciones en un monumento que era ya en parte visible y conocido como la iglesia de San Felipe, y descubrió una extraordinaria iglesia octogonal. Una auténtica obra maestra de la arquitectura bizantina del siglo V, con arcos maravillosos en travertino. Todo este conjunto de construccionesm realizadas con tanto cuidado y detalle, hacía pensar que eaquella era una gran iglesia de peregrinación, un santuario muy importante, y el profesor Verzone lo identificó como el Martyrion, es decir la iglesia martirial de san Felipe y por tanto pensaba que hubiera sido construida sobre la tumba del santo.

Excavando en y limpiando en el año 2011, vino a la luz la planta de una gran iglesia. Mientras que el Martyrion era de planta octogonal, esta era de planta basilical, con tres naves. Iglesia estupenda, con capiteles en mármol, refinadas decoraciones, cruces, frisos, ramas vegetales, palmas estilizadas dentro de nichos y un pavimento central con teselas de mármol con motivos geométricos de colores: todo referible al siglo V, es decir la edad de la otra iglesia, el Martyrion. En el centro de la iglesia, una tumba romana que se remontaba al siglo I después de Cristo. La iglesia, en el siglo V, había sido construída justo en torno a aquella tumba romana pagana, para protegerla, porque aquella tumba era evidentemente importantísima. Y los arqueólogos pensamos que quizá
aquella podía ser la tumba donde se depositó el cuerpo de san Felipe tras su muerte. Un sello en bronce de cerca de diez centímetros de diámetro, encontrado en Estados Unidos, que servía para autentificar el pan de san Felipe a distribuir a los peregrinos. Se han encontrado iconos que representan a san Felipe con un gran pan en la mano. Y este pan, para distinguirlo del pan común era marcado con aquél sello de modo que los peregrinos supieran que se trataba de un pan especial, a conservar con devoción.


La ciudad de Hierápolis,  fue establecida por Eumenes II, rey de Pérgamo, alrededor de 180 a. C. Colapsó luego de un terremoto durante el reinado de Tiberio en el año 17. La ciudad fue reconstruida, y tuvo significativas transformaciones en los siglos II y III que le hicieron perder todo su antiguo carácter helenístico para convertirse en una urbe típicamente romana. En ese período, se convirtió en importante centro de descanso veraniego para los nobles de todo el Imperio, que acudían a ella atraídos por las aguas termales. Posteriormente bajo dominio bizantino, cayó en poder de los selyúcidas en 1210 bajo Giyasettin Keyhusrev. Fue destruida completamente por un terremoto en 1354. Otros restos arqueológicos encontrados en Hierápolis, son el templo de Apolo, el Plutonio o puerta de acceso al inframundo, un teatro, unos baños romanos, y una amplísima necrópolis, etc

El epitafio de Abercio

“Yo, ciudadano de una ciudad distinguida,
hice este monumento en vida,
para tener aquí a tiempo un lugar para mi cuerpo.
Me llamo Abercio, soy discípulo del pastor casto
que apacienta sus rebaños de ovejas
por montes y campos, que tiene los ojos grandes
que miran a todas partes.
Este es el que me enseñó… escrituras fieles.
El que me envió a Roma a contemplar
la majestad soberana y a ver a una reina
de áurea veste y sandalias de oro.
Allí vi a un pueblo que tenía un sello resplandeciente.
Y vi la llanura de Siria y todas las ciudades,
y Nísibe después de atravesar el Eufrates;
en todas partes hallé colegas,
teniendo por compañero a Pablo.
En todas partes me guiaba la fe
y en todas partes me servía en comida
el pez del manantial, muy grande, puro,
que cogía una virgen casta.
Y lo daba siempre a comer a los amigos,
teniendo un vino delicioso
y dando mezcla de vino y agua con pan.
Yo, Abercio. Estando presente,
dicté estas cosas para que aquí se escribiesen,
a los setenta y dos años de edad.
Quien entienda estas cosas
y sienta de la misma manera, ruegue por Abercio.
Nadie ponga otro túmulo sobre el mío.
De lo contrario pagará dos mil monedas de oro
al tesoro romano
y mil a mi querida patria Hierápolis.”
Inscripción del siglo II
Libro del peregrino pp. 133 - 134

Esto por hoy. Un abrazo

martes, 22 de julio de 2014

“En Iconio Pablo y Bernabé se quedaron bastante tiempo, y hablaron con valentía del Señor” (Hch 14, 3)



22, julio, martes: CAPADOCIA – AKSARAY – KONYA
“En Iconio Pablo y Bernabé se quedaron bastante tiempo, y hablaron con valentía del Señor” (Hch 14, 3)
Salida hacia Aksaray (ruta de la seda) – Visita a Sultanhany, posada de rutas caravarenas – Konya (la Iconio paulina) – Visita al mausoleo del gran místico del Islam, Mevlana, residencia de los derviches y danzantes giróvagos – Visita a la mezquita Ala Al Din – Eucaristía en la iglesia de San Pablo.
Después de desayunar hicimos la oración, antes de partir para la ciudad de Aksaray. “En Iconio, Pablo y Bernabé hablaron con valentía del Señor”(Hch 14, 3)

Esta fue la ambientación de la oración de la mañana:
Nos dirigimos hacia la región de Pisidia, cuyos caminos fueron recorridos más de una vez por Pablo. Leemos en Hechos de los Apóstoles que “la Palabra del Señor se difundió por toda aquella región”. Y esto, inicialmente, gracias al trabajo misionero de Bernabé y Pablo. En un segundo momento, Pablo acompañado de Silas volvió a las ciudades en las que habían anunciado la Palabra del Señor, para “fortalecer a estas Iglesias en la fe”.
Nos animamos, como peregrinos que van rastreando las huellas de Pablo, a completar con nuestra imaginación los restos que quedan de los pasos de Pablo y de otros misioneros cristianos por estos arduos caminos. Aunque apenas encontremos signos externos que nos los recuerden, tenemos la certeza de que estamos sobre sus mismas huellas y esto nos alienta a contagiarnos de aquel ardor misionero.

Libro del peregrino, pág. 28
Al salir en el autobús, no tardamos ni veinte minutos antes de llegar al castillo de Orthahisar, que nos quedó sin ver el día anterior. Espectacular. Casas excavadas en la piedra, calles estrechas y a sus pies un pequeño arroyo donde destacaba la vegetación de ribera, Pero lo que sobresalía era una enorme piedra- castillo, de formación de roca dándole nombre a la ciudad.
En el autobús, recordamos a Visa que celebra hoy su cumpleaños, ¡Felicidades! Y celebramos el cumple bautismo de Puerto.

Una carretera totalmente recta, siguiendo la ruta de la seda nos lleva directamente a Aksaray. Esta ciudad, era un importante centro comercial desde el siglo X. Especialmente durante la época de los sultanes selyúcidas, Kilicarslan y Alaaddin, la construcción de estos edificios aumentó después de la seguridad de las carreteras de comercio fue proporcionada por el Estado.  Estos “Ribat”, tuvieron en un primer lugar función de fortaleza, pero luego tendrán funciones de posada para los viajeros y comerciantes.

Allí visitamos, una de estos edificios o posadas de la ruta de las caravanas (Sultanhany). Los comerciantes extranjeros, así como nativo, tenían una estancia gratuita durante los tres primeros días, al cuarto tenían que pagar. Se les daba hospedería, hospital, reparación de carros y zapatos, en ella se encerraban también los animales. Para sus prácticas religiosas, usaban el "Kosk Mescid", una pequeña mezquita, en el centro del patio. Los patios estaban normalmente rodeados de habitaciones, depósitos, casa de baños y cuartos de baño. "Brasero" (braseros) o "tandirs" (horno en la tierra) se utiliza para calentar los lugares, mientras que las velas y las lámparas se utilizan para la luz. Para fines de defensa, sus paredes fueron construidas como las murallas del castillo. Se construían cada 40 km, que sería la distancia de un día para los camellos.


Desde Aksaray, partimos para Konya, hoy la ciudad más religiosa de Turquía, ya que allí se encuentra enterrado el gran místico del Islam, Mevlana. Pero es la ciudad de Iconio de Pablo, aunque hoy no se encuentran restos del Apóstol, hasta aquí llego procedente de Antioquía, pasando por Tarso y las puertas de Cilicia. La ruta les condujo hasta Derbe, Listra y, por último, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Todo el viaje se extendía unos 824 km. Su ministerio no fue nada fácil. En su última carta, Pablo recuerda «las persecuciones y los sufrimientos que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio y en Listra» (2Tim 3,11). 
¿Cuánto tiempo, por término medio, luchaban los misioneros en un lugar hasta darse por vencidos y seguir adelante su camino? Si tenían éxito, ¿cuánto tiempo pasaban instruyendo a los conversos? ¿Volvió alguno de los dos a los lugares donde ya se habían establecido las iglesias para estabilizar la situación de los nuevos conversos? Para ser realistas, deberíamos pensar mejor en un período máximo de cuatro años antes de que Bernabé y Pablo volvieran a Antioquía de Orontes.


Debido a la importancia de Iconio en la misión de Pablo y Bernabé, pudimos celebrar la Eucaristía en la única iglesia de la ciudad, que llevan dos hermanas procedentes de Trento (Italia), Isabela y María. En ella quisimos recordar la misión y evangelización antes y ahora, allí y aquí, en nuestro mundo, culturalmente indiferente.



El Decálogo de la Evangelización
“Delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te pido encarecidamente:
1. PROCLAMA el mensaje, predica la Palabra.

2. INSISTE a tiempo y a destiempo.

3. ECHA MANO de la prueba, del reproche o de

la exhortación, con comprensión y competencia.
4. La gente no soporta hoy la SANA DOCTRINA.

5. Llevados de sus propios deseos, se rodean de FALSOS MAESTROS, que les halagan el oído.

6. Se han hecho sordos a la Verdad para volverse a LAS FÁBULAS.

7. TÚ no pierdas nunca el control, SÉ PRUDENTE.

8. SOPORTA lo adverso y encaja el sufrimiento.

9. TRABAJA con todas tus fuerzas en propagar el Evangelio

10. CONSÁGRATE a tu ministerio y desempeña bien tu servicio.”
(II Timoteo 4, 1-5)  
Libro del peregrino, pág. 90 – 91.

Antes de la eucaristía, visitamos y reflexionamos sobre el místico Mevlana. También es conocido como Rumí, que significa «originario de la Anatolia romana» ya que la Anatolia era denominada por los turcos selyúcidas como la «tierra de Rum (los romanos)», en referencia al Imperio Romano de Oriente más conocido como Imperio bizantino. Nació el 30 de septiembre de 1207 en Balj, en la actual Afganistán  y murió en Konya, un 17 de diciembre de 1273. Después de su muerte, sus seguidores fundaron la orden sufí Mevleví, mejor conocidos como los "Derviches Giróvagos", ya que realizan una meditación en movimiento llamada "semá" donde hombres (y actualmente, mujeres) giran sobre si mismos acompañados por flautas y tambores.


El tema general de sus pensamientos, así como los de otros escritores sufíes, está esencialmente enfocada sobre el concepto de Tawheed (unidad) y la unión con su Amado (la fuente principal) de donde hemos sido cortados y del constante lamento por esta separación y su constante deseo de volver al "cañaveral" (la unidad):
        Escucha el ney, y la historia que cuenta,
        como canta acerca de la separación:
        Desde que me cortaron del cañaveral,
        mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
        Deseo hallar un corazón desgarrado por la separación,
        para hablarle del dolor del anhelo.
        Todo el que se ha alejado de su origen,
        añora el instante de la unión.

        [...]

        Cuando la rosa se haya ido y el jardín esté marchito,
        no podrás escuchar más la canción del ruiseñor.
        El Amado lo es todo; el amante apenas un velo.
        El Amado está viviendo; el amante es una cosa muerta.
        Ama las voluntades de lo que traen estas palabras.

        [...]

        Le pregunté al ney (flauta de caña):
        ¿de qué te lamentas?
        ¿cómo puedes gemir sin poseer lengua?
        El ney respondió:
        Me han separado del cañaveral
        y ya no puedo vivir sin gemir y lamentarme
El "Masnavi" entreteje fábulas, escenas de la vida cotidiana, revelaciones Coránicas y exégesis y temas metafísicos, formando un extenso e intrincado tapiz. Rumi, dijo de sí mismo "no soy un profeta, pero seguramente he traído unas Escrituras". Rumi creyó apasionadamente en el uso de la música, la poesía y el baile como medio de búsqueda para alcanzar a Dios. Para Rumi, la música ayuda a los devotos a centrar su ser en lo divino, y a hacer esto tan intenso que el alma se destruya y resucite. Fue ésta la idea que en la práctica desarrollaron los Derviches Giróvagos en una forma ritual. Él fundó la orden del Mevleví, y creó el "Sema", una danza sagrada. En la tradición de la orden Mevleví, la Sema representa un viaje místico de desarrollo espiritual, permitiendo el perfeccionamiento de la mente y el amor. En este viaje el buscador da vueltas simbólicamente hacia la verdad, crece con amor, abandona el ego, encuentra la verdad, y llega a la "Perfección"; luego regresa de este viaje espiritual con mayor madurez, para amar y estar al servicio del conjunto de la creación, sin discriminación hacia las creencias, razas, clases y naciones.

Aunque estemos un poco lejos de nuestro país, debemos recordar la presencia musulmana en la Península Ibérica y de toda la cultura Andalusí. Parece clara la influencia no sólo de Avicena, sino de Rumi (Mevlana), en uno de los grandes místicos de Alándalus, Ibn Tufayl, con su filósofo autodidacta.  Fue un médico, filósofo, matemático y poeta, mentor de Averroes. Participó en la vida cultural, política y religiosa de la corte de de los almohades en Granada. En el núcleo de sus ideas filosóficas se encuentra el problema de la unión del entendimiento humano con Dios. La Carta sobre los secretos de la sabiduría oriental, conocida en Occidente como El filósofo autodidacta. Ésta, es un célebre cuento alegórico que se convierte en una parábola de la ascensión mística y los caminos por los que se llega a la Verdad.

Mañana viaje largo, vamos hasta Antioquía de Pisidia. ¡Buenas noches!