miércoles, 22 de octubre de 2014

Conversaciones de San Esteban. Luces para nuestro tiempo


La fe y la cultura son dos latidos del existenciario humano que ayudan a la libertad del hombre y a un mundo más comunitario, transcendente y feliz. Entre los elementos de la cultura está la poesía, la más inocente de todas las manifestaciones. Pero sólo se realiza mediante la palabra, y en esta y todas sus manifestaciones, el hombre se puede realizar como tal. La palabra es dia-logos, con el mundo, con el conocimiento, con la búsqueda interior de Dios, con el otro, es lo que nos hace poner los pies en la tierra. Así nos lo recordaba Platón, que todo logos, es diá-logos. Toda búsqueda del saber, es en parte cuestionar, es preguntar y preguntarse. Karl Rahner, en sus escritos de Teología, nos habla que la verdad del hombre sucede en el diálogo, en el encuentro colectivo de la verdad.
La poesía ayuda a la filosofía, ya que no todo se puede expresar en un lenguaje abstracto y lejano, siendo más borrosa que la filosofía abre un sentido más amplio. Es lo que el pensamiento llama el origen, el centro cósmico, el punto original, el “sentimiento oceánico” según Freud, o “lo místico”, en palabras de Wittgenstein. Heidegger vive este pensamiento como una apertura del ser a lo más originario, utilizando la poesía de Hölderling o G. Tralk, es un retorno hacia lo más originario, al principio, al fundamento más profundo. Así la metafísica, la poesía y la mística, parecen confluir en sentido del ser que abre a esa totalidad, a la trascendencia, a lo religioso. Así el principio, o arché como gustaba a los primeros pensadores, es un símbolo de la búsqueda del sentido y en palabras de los pensadores modernos ese sentido hacia lo trascendente  es lo que hace un mundo más habitable.
Nos recordaba Octavio Paz, que la analogía sobrevivió al empirismo, sobrevivirá al cristianismo y  también al cientifismo. La analogía es lo más propio de la poesía, del pensamiento simbólico, esta hace del universo, del hombre, de la cultura un poema, un texto que se puede leer, que da sentido. Así la búsqueda de sentido, frente al ciego azar y lo imprevisible, hace que el mundo del hombre tenga sentido. En un sentido tradicional es armonizar esencia y existencia, o bien ser y ente. Así se vuelve habitable cuando busca lo semejante al hombre, sin perder la diferencia, podíamos decir que es lo que nos hace más humanos.
Estas son las cuestiones que han preocupado siempre y ahora, las del sentido de la vida y del significado de la existencia humana. Pero la filosofía llega un momento que se disuelve, que llega a un límite y para superar ese vacío es necesaria la fe. Un pensador tan serio como Wittgenstein, pasa de hablar de ética en un sentido estético a una de sentido religioso, incluso místico. En sus últimas obras, lo místico es lo que traspasa las leyes normales del lenguaje y va más allá, incluso de la razón, al propio Dios. En este diálogo entre la fe, la cultura y la vida se sitúan las “Conversaciones de San Esteban”. En su cuadragésima tercera edición se presenta bajo el título: “Luces para nuestro tiempo. Ideas, doctrinas, proyectos y cosas que hacen habitable y hermoso nuestro mundo”
La cultura y la fe, son dos dimensiones esenciales del existenciario humano que ayudan a su felicidad y a su sentido, a su habitabilidad. La cultura es un todo que envuelve al hombre, es a la vez creación de su espíritu y vehículo de relación y de convivencia. Pero es un todo inacabado, es un proceso humano, un camino en su historicidad. En este proceso muestra el desarrollo de su libertad, se adapta a su entorno, domina la naturaleza y se perfecciona a sí mismo.
La fe es la adhesión a Dios, la unión a Dios, en el que se hace memoria y se anticipa una realidad última, al propio Dios. Así nos lo recordaba San Juan de la Cruz “(La fe) es sola el próximo y proporcionado medio para que el alma se una con Dios. Porque es tanta la semejanza que hay entre ella y Dios, que no hay otra diferencia sino ser visto Dios o creído”. El lugar de recepción de la fe en Dios, es el corazón humano, la propia conciencia del hombre, pero que se afirma y se comparte también en la comunidad que se celebra.
En hombre que vive la fe, lo hace en una cultura concreta, en un espacio y tiempo de su historia. Así fe y cultura han ido de la mano, en diálogo incesante. Atenas y Jerusalén, el logos griego y la religiosidad judeocristana, son los dos polos de nuestro mundo que llamamos Occidente. Una fe, además que a lo largo de su historia ha creado cultura, templos, libros, arte, pintura, etc. Los grandes nombres de la filosofía occidental, desde Descartes a Kant, Hegel, Unamuno, Heidegger, y los grandes nombres de la cultura, desde Dante a Erasmo y desde Cervantes a Goethe, se han nutrido de fuentes religiosas.
Siguiendo el cartel anunciador de las Conversaciones de San Esteban. Serán diez sesiones distribuidas a lo largo de los meses de noviembre a febrero (desde el 4 de noviembre de 2014 hasta el 10 de febrero de 2015), los martes a las 20h en el Aula Magna de San Esteban.
“La ceguera a la dimensión espiritual de la vida humana nos hace incapaces de explorar cuestiones que son vitales para nosotros. O, por decirlo de un modo positivo: recuperar lo espiritual abre horizontes en los que se torna posible hacer descubrimientos importantes e incluso emocionantes”. Charles Taylor
“Aunque todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen una respuesta, ni siquiera se habrían rozado los problemas de nuestra vida”. Ludwig Wittgenstein
Noviembre 2014
4 José María Gil Tamayo, Secretario de la Conferencia Episcopal Española. 
Lo religioso en el espacio público. Presencia de la Iglesia en la actual sociedad española.
11 Joaquín García Roca, Prof. De Sociología. Universidad de Valencia:
Ellos somos nosotros. Una mirada evangélica a nuestra sociedad plural.
18 Javier Monserrat., Universidad de Comillas. Madrid.
Nueva dimensión en el diálogo entre religión y ciencia.
25 Cristina de la Cruz, Universidad de Deusto.
Perspectivas y orientaciones para el mundo de la empresa y del trabajo.
Diciembre 2014
2 Jesús Conill Sancho, Catedrático de Filosofía. Universidad de Valencia:
El nuevo mundo de la ciencia y la filosofía ¿hay lugar para un humanismo en tiempo de neurociencia y biotecnologías?
Enero 2015
13 Julián de Cos, Profesor de Fac. de Teología de San Esteban de Salamanca:
Luz de la espiritualidad cristiana en el siglo XXI
20 Vicente Vide Rodríguez, Catedrático y Decano de la Fac. de Teología de Deusto.
“Luz de la fe y la alegría del Evangelio”. La propuesta del Papa Francisco en Lumen Fidei y Evangelii Gaudium.
27 Ricardo de Luis Carballada, Profesor de la Fac. Facultad de Teología de San Esteban de Salamanca.
La nueva sensibilidad de la teología contemporánea.
Febrero 2015
3 Ricardo Piñero, Prof. de Filosofía del Arte, Universidad de Salamanca.
El arte y la creación de sentido en la actualidad.
10 Antonio Oteiza, escultor; Joaquín Arellano, arquitecto
“Via lucis”, proyecto artístico y propuesta cultural y espiritual.


Es derecho de nosotros, los poetas,
estar en pie ante las tormentas de Dios,
con la cabeza desnuda
para apresar con nuestras propias manos el rayo de luz del Padre, a él mismo.
Y hacer llegar al pueblo envuelto en cantos
el don celeste.
Heidegger, Hölderlin y la esencia de la poesía



Las Conversaciones de san Esteban, son un espacio abierto de reflexión y diálogo entre la fe y  la cultura, casi único en nuestra ciudad. Desde un enfoque teológico trata problemas religiosos actuales, sobre la humanidad y la vida, intentado discernir los signos de los tiempos. En ella, cualquier creyente puede profundizar su fe y contrastarla con otros y los no creyentes, pueden reflexionar sobre una de las dimensiones humanas más importantes que tenemos, la apertura a la transcendencia.
Sus propios carteles anunciadores quieren ser un diálogo entre la fe y la cultura. El del año anterior, reflejaba las vidrieras que diseño el pintor Matisse para las dominicas de Vence.  Buscaba un arte del equilibrio, de pureza, que no inquiete ni turbe, al hombre cansado, encadenado y extenuado de nuestro mundo. Así en el foro de las conversaciones se deslizaron las huellas de Dios en la literatura contemporánea, la obstinación por la belleza en la obra de Herman Hesse, el sentimiento hecho palabra en el teatro de Denis Rafter, el lenguaje de las fuentes en la obra de Gustavo Martín Garzo, el arte de la meditación y del silencio interior en Pablo de D’Ors, o una teología de la ternura desde las huellas del amor del Cantar de los Cantares.
Este año el cartel recoge una pintura del coreano Kim En Joong, pintor y fraile  dominico que quiere representar en sus vidrieras de la catedral de Evry, una auténtica teología de la belleza. El colorido de sus figuras abstractas, representan a través de  la luz un auténtico mundo espiritual, un espacio habitable lleno de paz, que nos abre a esa ciudad nueva, la auténtica Jerusalén. Desde ahí, se nos proponen ideas y proyectos que nos abren al sentido de la vida, de Dios y que hacen de nuestro mundo un espacio más habitable. Invito desde aquí, a esa apertura y a participar con nuestra presencia en este espacio serio para el diálogo entre la fe y la cultura. Un abrazo.
Juan Antonio Mateos Pérez
(Espejo de la Diócesis, día 17 de octubre de 2014)

 





lunes, 6 de octubre de 2014

Convivencia día 4. Tras los pasos de Pablo y las primeras comunidades cristianas

 


Me llamaste de lejos tantas veces
sin que yo a tu llamada respondiera,
sin que mi ciego supiera
de tanto amor como, al llamar, me ofreces,
que ahora, que yo te busco, me pareces
en la quietud divina de tu espera
algo tan fiel que el corazón quisiera
saber por qué tan firme permaneces.
Yo soy, Señor, el sordo del camino,
el que buscaba a tientas un destino
que a una ebriedad de sombras me llevaba.
Y Tú estabas aquí, firme, despierto,
como la voz que clama en el desierto
por el que yo, embriagado, caminaba.
                                       Luis López Anglada







¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

                                     Lope de Vega








Sólo Dios da la vida,
pero tú puedes defenderla y entregarla.

Sólo Dios puede dar la fe,
pero tú puedes dar testimonio.

Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes devolverla a los que la perdieron

Sólo Dios puede dar la el amor,
pero tú puedes amor a los hermanos.

Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes sembrarla a tu alrededor.

Sólo Dios puede dar la fuerza
pero tú puedes animar también.

Sólo Dios es el camino,
pero tú puedes enseñárselo a otros.

Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes ponerla en alto para que todos la vean.

Sólo Dios puede hacer lo imposible,
pero tú puedes hacer lo posible.

Sólo Dios se basta a sí mismo,
pero prefiere contar contigo.




 "Ya no soy yo,
es Cristo quien vive en mí"
Gálatas 2, 20



En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en Ti. Y digo:
que tengo todo, cuando estoy contigo,
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.

Sin Ti, el sol es luz descolorida.
Sin Ti, la paz es un cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.

Contigo el sol es luz enamorada
y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.

Pues si me faltas Tú, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
 
                                   José Luis Martín Descalzo 
 

 

 FOTOS DE ÁNGEL LUIS BERMÚDEZ

jueves, 2 de octubre de 2014

Los avisadores de la historia en tiempos de oscuridad



       
http://salamancartvaldia.es/upload/img/periodico/img_113793.jpg


Walter Benjamin
En un comentario sobre la reflexión que realicé en este blog sobre la esperanza y la misericordia, un querido amigo, subrayando su pesimismo, comentaba para qué sirve la filosofía, y sobre todo la pregunta se prolongaba a qué habían realizado los filósofos, que no habían podido parar la barbarie del siglo XX.  Pero quién pudo parar la barbarie, en un siglo que el historiador británico Hobsbawm, denominó el siglo XX como “la época de la guerra total”.  Precisamente fueron los filósofos los que dieron la voz de alarma, ante la barbarie de esta guerra total, fría o caliente, podemos denominarlos los “avisadores de la Historia”. El pensador Reyes Mate ha preferido la expresión “los anunciadores del fuego” pensadores que supieron leer en su tiempo signos de la catástrofe venidera. No eran profetas sino finos analistas. “Avisadores del fuego” es una expresión utilizada por Walter Benjamin, con ella designa a quienes avisan de catástrofes inminentes para impedir que se cumplan.
Siguiendo a Michael Löwy, la barbarie moderna podía tener estas características: Utilización de medios técnicos modernos. Industrialización del asesinato. Exterminación en masa gracias a tecnologías científicas de punta. Despenalización de la masacre. Eliminación de poblaciones enteras, hombres y mujeres, niños y ancianos, con el menor contacto personal posible entre quienes toman la decisión y las víctimas. Gestión burocrática, administrativa, eficaz, planificada, "racional" (en términos instrumentales) de los actos bárbaros. Ideología legitimadora de tipo moderno: "biológica", "higiénica", "científica" (y no religiosa o tradicionalista). Estas características se adaptan a la perfección a los Estados totalitarios  del siglo XX, tanto de derechas como de izquierdas, donde el poder, que debería canalizar la civilización y la violencia, destapó la cara más horrenda de la Historia. Las cuatro masacres que encarnan de la forma más acabada la modernidad de la barbarie son: el genocidio nazi contra los judíos y otros grupos, la bomba atómica en Hiroshima, el gulag estalinista y la guerra norteamericana en Vietnam.
Estos avisadores de la historia, pensadores y filósofos que dan la voz de alarma de la barbarie que se avecina, tienen nombres muy conocidos. Resyes Mate se centra en tres nombres: Franz Kafka, Walter Benjamin, Franz Rosenzweig. Hannah Arendt, en sus escritos hombres en tiempos de oscuridad, amplia la lista a un amplio abanico de pensadores: Rosa de Luxemburgo, Angelo Jiuseppe Roncalli, Karl Jaspers, Isak Dinesen, Hermann Broch, Bertolt Brecht, Waldemar Gurian, Randall Jarrell. Yo personalmente, incluiría en ese listado a la propia Hannah Arendt, o a E. Bloch. Pero centrémonos en cuatro de estos pensadores.
http://salamancartvaldia.es/upload/img/periodico/img_113788.jpg


Rosa Luxemburgo rompe con el concepto, de origen burgués adoptado por la Segunda Internacional, de considerar la historia como progreso irresistible, inevitable, "garantizado" por leyes "objetivas" del desarrollo económico o de la evolución social. Rosenzweig denunció en el “idealismo” de la filosofía que viene desde Jonia y llega hasta Jena la tendencia a un totalitarismo que la convertía en potencialmente en una “ontología de la guerra”. Benjamin dejó constancia de la ambigüedad radical del concepto de progreso, tan fundamental para el pensamiento ilustrado. La barbarie, en general, y el fascismo, en particular, no son lo opuesto al progreso sino una de sus posibilidades. Esa fatal posibilidad es, para la víctima, la norma. Kafka capta  anticipadamente la reducción fascista del hombre, donde el individuo pierde todo el valor y sólo queda reducido a mera expresión de poder. Ve que la mitificación de la Humanidad, enmascara la animalización del ser humano. En ese mundo, cada hombre está a solas con su cuerpo vulnerable.
http://salamancartvaldia.es/upload/img/periodico/img_113800.jpg


Hannah Arendt
A la banalización del mal, que nos recordaba Hannah Arendt, suele suceder la banalización del conocimiento y del pensamiento. La memoria, en cuanto memoria de las víctimas y del sufrimiento, no viene a banalizar la teoría, sino a poner de manifiesto, que es banal sino se piensa lo impensado. En ello insistía mucho el filósofo Adorno. Por eso, la memoria, no debe quedar al margen del conocimiento, sino que debe funcionar como un resorte para activar la resistencia activa. Es por lo tanto, una razón anamnética, que se deja determinar por el sufrimiento ajeno, en palabras de J. B. Metz, sería una memoria passionis. La memoria, no estaría a medio camino entre conocer y comprender. La memoria es conocimiento y saca a éste de la banalización absoluta en las que ha caído en manos de corrientes ideológicas como el positivismo, el idealismo o la razón instrumental. Parece que en nuestras sociedades, todo tiene que servir para algo, sino es así se deshace y pierde valor, hasta la vida de una persona, como se ve en las dichosas fronteras del mundo.
La catedrática de ética Victoria Camps, intentando responder a la pregunta, para qué sirve la filosofía, piensa que los filósofos tienen una función que cumplir en la sociedad desespiritualizada en la que vivimos. La función de distanciarse de la realidad para pensarla, intentar entenderla y, si cabe, juzgarla. Es cierto, esto lo pueden hacer otras ciencias, pero la filosofía aporta una visión global, sobre todo cuando otras ciencias lo han declarado como irresoluble o implanteable. Vivimos en una sociedad compleja y globalizada, donde los problemas aparecen en cualquier esquina del mundo. El pensar del filósofo es modesto, aporético para utilizar la terminología precisa, que lleva a veces, pero no siempre, a callejones sin salida. De ahí la indiferencia de otros, más seguros de su ciencia y saber, sobre todo en una época donde lo que se valora, por encima de todo, es la productividad, la eficacia y la rentabilidad económica. Esta razón instrumental amenaza los valores de los individuos y de las sociedades y los criterios para distinguir lo que se debe de lo que no se debe hacer, lo que es prioritario de lo que es secundario. Pero el pensar filosófico no es dar respuestas, sino hacer preguntas, incluso desde la perplejidad, a pesar que muchas de ellas no tengan respuesta. Sólo desde aquí se puede sobrevivir a una sociedad que destruye todo lo que no es útil, un capitalismo salvaje que quiere reducir todo a un pensamiento único. Leer y el pensar supone un caminar despacio, lento, donde hay espacio para la reflexión e incluso para la crítica. Una sociedad de la eficacia, no puede permitirse un consumidor lento y menos el pensar del filósofo.

Vosotros que surgiréis de la corriente
En que nosotros perecimos,
Recordad
Cuando habléis de nuestras flaquezas
También el tiempo oscuro
Del que habéis escapado.
Porque íbamos, más a menudo que de
Calzado, cambiando de países
Por las guerras de clases, desesperados
De hallar, sin indignación, solo injusticia.
Y sin embargo sabemos:
También el odio contra la bajeza
Desfigura los rasgos.
También la rabia por lo injusto
Pone las voces roncas. Ay, nosotros
Que queríamos preparar el suelo para el
Amable vivir,
Nosotros no pudimos ser amables.
Vosotros, empero, cuando haya llegado
La hora
De que el hombre ya no sea lobo del
hombre
recordadnos
con indulgencia.
Bertolt Brecht, A la posteridad