lunes, 6 de octubre de 2014

Convivencia día 4. Tras los pasos de Pablo y las primeras comunidades cristianas

 


Me llamaste de lejos tantas veces
sin que yo a tu llamada respondiera,
sin que mi ciego supiera
de tanto amor como, al llamar, me ofreces,
que ahora, que yo te busco, me pareces
en la quietud divina de tu espera
algo tan fiel que el corazón quisiera
saber por qué tan firme permaneces.
Yo soy, Señor, el sordo del camino,
el que buscaba a tientas un destino
que a una ebriedad de sombras me llevaba.
Y Tú estabas aquí, firme, despierto,
como la voz que clama en el desierto
por el que yo, embriagado, caminaba.
                                       Luis López Anglada







¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

                                     Lope de Vega








Sólo Dios da la vida,
pero tú puedes defenderla y entregarla.

Sólo Dios puede dar la fe,
pero tú puedes dar testimonio.

Sólo Dios puede dar la esperanza,
pero tú puedes devolverla a los que la perdieron

Sólo Dios puede dar la el amor,
pero tú puedes amor a los hermanos.

Sólo Dios puede dar la paz,
pero tú puedes sembrarla a tu alrededor.

Sólo Dios puede dar la fuerza
pero tú puedes animar también.

Sólo Dios es el camino,
pero tú puedes enseñárselo a otros.

Sólo Dios es la luz,
pero tú puedes ponerla en alto para que todos la vean.

Sólo Dios puede hacer lo imposible,
pero tú puedes hacer lo posible.

Sólo Dios se basta a sí mismo,
pero prefiere contar contigo.




 "Ya no soy yo,
es Cristo quien vive en mí"
Gálatas 2, 20



En medio de la sombra y de la herida
me preguntan si creo en Ti. Y digo:
que tengo todo, cuando estoy contigo,
el sol, la luz, la paz, el bien, la vida.

Sin Ti, el sol es luz descolorida.
Sin Ti, la paz es un cruel castigo.
Sin Ti, no hay bien ni corazón amigo.
Sin Ti, la vida es muerte repetida.

Contigo el sol es luz enamorada
y contigo la paz es paz florida.
Contigo el bien es casa reposada
y contigo la vida es sangre ardida.

Pues si me faltas Tú, no tengo nada:
ni sol, ni luz, ni paz, ni bien, ni vida.
 
                                   José Luis Martín Descalzo 
 

 

 FOTOS DE ÁNGEL LUIS BERMÚDEZ

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