La fe y la
cultura son dos latidos del existenciario humano que ayudan a la libertad del
hombre y a un mundo más comunitario, transcendente y feliz. Entre los elementos
de la cultura está la poesía, la más inocente de todas las manifestaciones.
Pero sólo se realiza mediante la palabra, y en esta y todas sus
manifestaciones, el hombre se puede realizar como tal. La palabra es dia-logos,
con el mundo, con el conocimiento, con la búsqueda interior de Dios, con el
otro, es lo que nos hace poner los pies en la tierra. Así nos lo recordaba
Platón, que todo logos, es diá-logos. Toda búsqueda del saber, es en parte
cuestionar, es preguntar y preguntarse. Karl Rahner, en sus escritos de
Teología, nos habla que la verdad del hombre sucede en el diálogo, en el
encuentro colectivo de la verdad.
La poesía
ayuda a la filosofía, ya que no todo se puede expresar en un lenguaje abstracto
y lejano, siendo más borrosa que la filosofía abre un sentido más amplio. Es lo
que el pensamiento llama el origen, el centro cósmico, el punto original, el
“sentimiento oceánico” según Freud, o “lo místico”, en palabras de
Wittgenstein. Heidegger vive este pensamiento como una apertura del ser a lo
más originario, utilizando la poesía de Hölderling o G. Tralk, es un retorno
hacia lo más originario, al principio, al fundamento más profundo. Así la
metafísica, la poesía y la mística, parecen confluir en sentido del ser que
abre a esa totalidad, a la trascendencia, a lo religioso. Así el principio, o
arché como gustaba a los primeros pensadores, es un símbolo de la búsqueda del
sentido y en palabras de los pensadores modernos ese sentido hacia lo
trascendente es lo que hace un mundo más habitable.
Nos
recordaba Octavio Paz, que la analogía sobrevivió al empirismo, sobrevivirá al
cristianismo y también al cientifismo. La analogía es lo más propio de la
poesía, del pensamiento simbólico, esta hace del universo, del hombre, de la
cultura un poema, un texto que se puede leer, que da sentido. Así la búsqueda
de sentido, frente al ciego azar y lo imprevisible, hace que el mundo del
hombre tenga sentido. En un sentido tradicional es armonizar esencia y
existencia, o bien ser y ente. Así se vuelve habitable cuando busca lo
semejante al hombre, sin perder la diferencia, podíamos decir que es lo que nos
hace más humanos.
Estas son
las cuestiones que han preocupado siempre y ahora, las del sentido de la vida y
del significado de la existencia humana. Pero la filosofía llega un momento que
se disuelve, que llega a un límite y para superar ese vacío es necesaria la fe.
Un pensador tan serio como Wittgenstein, pasa de hablar de ética en un sentido
estético a una de sentido religioso, incluso místico. En sus últimas obras, lo
místico es lo que traspasa las leyes normales del lenguaje y va más allá,
incluso de la razón, al propio Dios. En este diálogo entre la fe, la cultura y
la vida se sitúan las “Conversaciones de San Esteban”. En su
cuadragésima tercera edición se presenta bajo el título: “Luces para nuestro
tiempo. Ideas, doctrinas, proyectos y cosas que hacen habitable y hermoso
nuestro mundo”
La cultura y
la fe, son dos dimensiones esenciales del existenciario humano que ayudan a su
felicidad y a su sentido, a su habitabilidad. La cultura es un todo que
envuelve al hombre, es a la vez creación de su espíritu y vehículo de relación
y de convivencia. Pero es un todo inacabado, es un proceso humano, un camino en
su historicidad. En este proceso muestra el desarrollo de su libertad, se
adapta a su entorno, domina la naturaleza y se perfecciona a sí mismo.
La fe es la
adhesión a Dios, la unión a Dios, en el que se hace memoria y se anticipa una
realidad última, al propio Dios. Así nos lo recordaba San Juan de la Cruz “(La
fe) es sola el próximo y proporcionado medio para que el alma se una con Dios.
Porque es tanta la semejanza que hay entre ella y Dios, que no hay otra
diferencia sino ser visto Dios o creído”. El lugar de recepción de la fe en
Dios, es el corazón humano, la propia conciencia del hombre, pero que se afirma
y se comparte también en la comunidad que se celebra.
En hombre
que vive la fe, lo hace en una cultura concreta, en un espacio y tiempo de su
historia. Así fe y cultura han ido de la mano, en diálogo incesante. Atenas y
Jerusalén, el logos griego y la religiosidad judeocristana, son los dos polos
de nuestro mundo que llamamos Occidente. Una fe, además que a lo largo de su
historia ha creado cultura, templos, libros, arte, pintura, etc. Los grandes
nombres de la filosofía occidental, desde Descartes a Kant, Hegel, Unamuno,
Heidegger, y los grandes nombres de la cultura, desde Dante a Erasmo y desde
Cervantes a Goethe, se han nutrido de fuentes religiosas.
Siguiendo el
cartel anunciador de las Conversaciones de San Esteban. Serán diez sesiones
distribuidas a lo largo de los meses de noviembre a febrero (desde el 4 de
noviembre de 2014 hasta el 10 de febrero de 2015), los martes a las 20h en
el Aula Magna de San Esteban.
“La ceguera
a la dimensión espiritual de la vida humana nos hace incapaces de explorar
cuestiones que son vitales para nosotros. O, por decirlo de un modo positivo:
recuperar lo espiritual abre horizontes en los que se torna posible hacer
descubrimientos importantes e incluso emocionantes”. Charles Taylor
“Aunque
todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen una respuesta, ni
siquiera se habrían rozado los problemas de nuestra vida”. Ludwig Wittgenstein
Noviembre
2014
4 José
María Gil Tamayo, Secretario de la Conferencia Episcopal Española.
Lo religioso
en el espacio público. Presencia de la Iglesia en la actual sociedad española.
11 Joaquín
García Roca, Prof. De Sociología. Universidad de Valencia:
Ellos somos
nosotros. Una mirada evangélica a nuestra sociedad plural.
18 Javier
Monserrat., Universidad de Comillas. Madrid.
Nueva
dimensión en el diálogo entre religión y ciencia.
25 Cristina
de la Cruz, Universidad de Deusto.
Perspectivas
y orientaciones para el mundo de la empresa y del trabajo.
Diciembre
2014
2 Jesús
Conill Sancho, Catedrático de Filosofía. Universidad de Valencia:
El nuevo
mundo de la ciencia y la filosofía ¿hay lugar para un humanismo en tiempo de
neurociencia y biotecnologías?
Enero 2015
13 Julián
de Cos, Profesor de Fac. de Teología de San Esteban de Salamanca:
Luz de la
espiritualidad cristiana en el siglo XXI
20 Vicente
Vide Rodríguez, Catedrático y Decano de la Fac. de Teología de Deusto.
“Luz de la
fe y la alegría del Evangelio”. La propuesta del Papa Francisco en Lumen Fidei
y Evangelii Gaudium.
27 Ricardo
de Luis Carballada, Profesor de la Fac. Facultad de Teología de San Esteban
de Salamanca.
La nueva
sensibilidad de la teología contemporánea.
Febrero 2015
3 Ricardo
Piñero, Prof. de Filosofía del Arte, Universidad de Salamanca.
El arte y la
creación de sentido en la actualidad.
10 Antonio
Oteiza, escultor; Joaquín Arellano, arquitecto
“Via lucis”,
proyecto artístico y propuesta cultural y espiritual.
Es derecho
de nosotros, los poetas,
estar en pie ante las tormentas de Dios,
con la cabeza desnuda
para apresar con nuestras propias manos el rayo de luz del Padre, a él mismo.
Y hacer llegar al pueblo envuelto en cantos
el don celeste.
Heidegger,
Hölderlin y la esencia de la poesíaestar en pie ante las tormentas de Dios,
con la cabeza desnuda
para apresar con nuestras propias manos el rayo de luz del Padre, a él mismo.
Y hacer llegar al pueblo envuelto en cantos
el don celeste.
Las Conversaciones de san Esteban, son un espacio abierto de
reflexión y diálogo entre la fe y la
cultura, casi único en nuestra ciudad. Desde un enfoque teológico trata
problemas religiosos actuales, sobre la humanidad y la vida, intentado
discernir los signos de los tiempos. En ella, cualquier creyente puede
profundizar su fe y contrastarla con otros y los no creyentes, pueden
reflexionar sobre una de las dimensiones humanas más importantes que tenemos,
la apertura a la transcendencia.
Sus propios carteles anunciadores quieren ser un diálogo
entre la fe y la cultura. El del año anterior, reflejaba las vidrieras que
diseño el pintor Matisse para las dominicas de Vence. Buscaba un arte del equilibrio, de pureza, que
no inquiete ni turbe, al hombre cansado, encadenado y extenuado de nuestro
mundo. Así en el foro de las conversaciones se deslizaron las huellas de Dios
en la literatura contemporánea, la obstinación por la belleza en la obra de
Herman Hesse, el sentimiento hecho palabra en el teatro de Denis Rafter, el
lenguaje de las fuentes en la obra de Gustavo Martín Garzo, el arte de la meditación
y del silencio interior en Pablo de D’Ors, o una teología de la ternura desde
las huellas del amor del Cantar de los Cantares.
Este año el cartel recoge una pintura del coreano Kim En
Joong, pintor y fraile dominico que quiere
representar en sus vidrieras de la catedral de Evry, una auténtica teología de
la belleza. El colorido de sus figuras abstractas, representan a través de la luz un auténtico mundo espiritual, un
espacio habitable lleno de paz, que nos abre a esa ciudad nueva, la auténtica
Jerusalén. Desde ahí, se nos proponen ideas y proyectos que nos abren al
sentido de la vida, de Dios y que hacen de nuestro mundo un espacio más
habitable. Invito desde aquí, a esa apertura y a participar con nuestra
presencia en este espacio serio para el diálogo entre la fe y la cultura. Un
abrazo.
Juan Antonio Mateos Pérez
(Espejo de la Diócesis, día 17 de octubre de 2014)