sábado, 25 de abril de 2015

Paul Celan, poeta del silencio en el recuerdo



El lunes 20 de abril se cumplen 45 años de la muerte de Paul Celan, considerado uno de los mejores poetas del siglo XX. Una vida paralela a los grandes desastres bélicos del siglo pasado y a la violencia generada en los mismos. De origen rumano y poeta judío, escapa a la tragedia de los campos de exterminio nazi donde perdió a sus padres, después de escribir numerosos poemas, no aguantó la vida y se suicida arrojándose a las aguas del río Sena.
Todos recordamos las palabras del filósofo Adorno mil veces repetidas, “No hay poesía después de Auschwitz”, una frase convertida en una lanzadera y plataforma del pensamiento para explicar esa frontera del sentido al límite de la palabra. El pensamiento y la poesía de la mano, quieren tensar la palabra y dar cuenta de lo que pertenece a la esfera de lo indecible. ¡Cómo recobrar el sentido en medio del horror y de la barbarie!, ¡cómo expresar el estupor de lo que puede habitar en la mente de los ejecutores y a la vez, del propio ser humano!. En el sentido más profundo de la realidad del ser, hay cosas que es difícil expresar con palabras, sólo el silencio y la espera pueden llenar ese vacío existencial.
Ningún poeta del siglo anterior ha sido ha sido interpretado, y su poema “Fuga de la muerte”, el texto que más atención se ha prestado, texto cumbre de la lírica alemana y mundial. Además publicó unos ochocientos poemas que recogen diferentes tradiciones literarias desde el pensamiento a la teología o la historia. Su fuerza creadora es una invitación permanente para descubrir el sentido más profundo del ser humano. “Fuga de la muerte”, es un poema escrito en 1948, donde hace una descripción del campo de exterminio, allí en el horror donde el propio poeta fue confinado. En el poema calca la estructura musical de la fugas de Bach. Dos miradas, el verdugo y la víctima, el que blande en el cinto los ojos azules, símbolo de la muerte, igual que en la poesía de Tralk; y los judíos, que tienen que tocar una melodía mientras cavan su propia tumba. Una serie de imágenes recorren el poema, las cenizas elevándose por las chimeneas de los hornos crematorios y dos mujeres; la alemana Margarita, a quien escribe el oficial del campo, añorando su cabello dorado y la sulamita de pelo de ceniza, es el nombre con el que se describe a la amada en el Cantar de los Cantares. Este poema es la historia del Mal, del hombre que juega con serpientes y le gusta el Mal, del horror, de lo perverso, es la estética del terror, de la belleza de la muerte. Nos nos queda más que repetir con el filósofo y el poeta: ¡Qué Auschwitz no se repita nunca!

Leche negra de la madrugada la bebemos al atardecer
la bebemos al mediodía y por la mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
Cavamos una fosa en el aire donde no hay estrechez
En la casa vive un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarete
lo escribe y sale a la puerta de casa y brillan las estrellas silba llamando a sus perros
silba y salen sus judíos manda cavar una fosa en la tierra
nos ordena tocad ahora para el baile
Leche negra de la madrugada te bebemos de noche
te bebemos por la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
En la casa vive un hombre que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarete
Tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una fosa en el aire donde no hay estrechez
Grita los unos cavad más hondo en la tierra y los otros cantad y tocad
agarra el hierro del cinto lo blande sus ojos son azules
hincad más hondo las palas los unos y los otros volved a tocar para el baile
Leche negra de la madrugada te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y por la mañana te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarete tu cabello de
ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita tocad más dulce a la muerte la muerte es un Maestro de Alemania
grita tocad más oscuros los violines luego subiréis como humo en el aire
luego tendréis una fosa en las nubes donde no hay estrechez
Leche negra de la madrugada te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un Maestro de Alemania
te bebemos al atardecer y por la mañana bebemos
y bebemos la muerte es un maestro de Alemania su ojo es azul
te alcanza con bala de plomo te alcanza certero
un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarete
contra nosotros azuza sus perros nos regala una fosa en el aire
él juega con las serpientes y sueña la muerte es un Maestro de Alemania

tu cabello de oro Margarete
tu cabello de ceniza Sulamith.

Una de las lecciones que dejó Auschwitz, es el valor relativo de la palabra no sólo en la poesía, también en la filosofía, en la política. Desde entonces se debe tener en cuenta de la palabra, no sólo es su núcleo de significación, sino el borde donde podamos asomarnos a lo que escapa a nuestra comprensión. La filosofía, la poesía es el esfuerzo permanente, a veces desesperado, de decir lo que propiamente no puede decirse, de alcanzar con el concepto lo no conceptual, con el lenguaje el propio silencio. La poesía de Celan es sobre todo silencio, y es en el silencio, donde se encuentran la poesía y la filosofía. A esta conclusión llegaron desde diferentes caminos Heidegger y Wittgenstein, intentando poner en tala de juicio la metafísica occidental, intentando abrir nuevos caminos para el pensamiento. El silencio revela la experiencia impronunciable y por lo tanto nos lleva a lo más trascendente de la existencia. El silencio es la puerta hacia un nuevo pensamiento y poesía, es un nuevo Angelus Novus que avanza de espaldas, es el lenguaje de los olvidados de la historia, del presente y futuro.



martes, 21 de abril de 2015

Preguntas

 SALAMANCArtv al DÍA

How many roads must a man walk down… Cada vez que suena esta vieja pregunta de Bob Dylan en la Plaza Mayor de la mano de Manos Unidas, se me pone un nudo en la garganta al preguntarme lo mismo desde hace años y años. Y me lo preguntaba esta misma semana ante el recuerdo de las más de 200 chicas secuestradas hace un año en Nigeria por el grupo terrorista Boko Haram y ante los cientos de ahogados en el mar buscando la vida en las costas italianas. Y son dos ejemplos.
Cada día, desgraciadamente, hay razones para cantar con Bob una y otra vez, entre la indignación y la congoja. ¿Cuántos caminos habrá que recorrer todavía hasta llegar a un mundo abierto y justo?  ¿Cuántos mares habrá que cruzar para que no haya pateras ni razones para subirse a ellas? ¿Seguirá estando la respuesta en el viento?  Sería ya la hora de detener el viento y bajar la respuesta a ras de mundo y de humanidad …
Hace unos días nos dejaba Eduardo Galeano, pero con nosotros seguirá su honestidad y su palabra. Habrán salido a su encuentro, quiero imaginarlo, todos los nadies  que le han precedido, todos aquellos nadies que se preguntaron, aun sin música de Bob Dylan, cómo era posible que no valieran más que bala que los mata… ¿Cómo es posible que un nadie valga menos de 80 céntimos de dólar que es lo que cuesta una bala Winchester súper? Y todo sigue rodando como si no pasara nada. Los semáforos siguen con lo suyo, los políticos hacen sus discursos, los periodistas andan con artículos como éste, los curas recitan sus oraciones,  los buenos parecen que lo siguen siendo, los poderosos siguen mirando para otro lado, etc., etc… y no pasa nada. ¿Qué tiene que pasar en el mundo para que por fin nos parezca que pase algo?
Honor y gloria, con la música de Bob al fondo sonando en el viento, a cuantos no fueron nada ni nadie, a todos los muertos malamente de bala barata, a los miles y miles de ahogados miserablemente en aguas de estrechos y golfos, a los cientos de miles que los despidieron con expectación y esperaron con ansia sus euros y sus noticias. Honor y gloria a todos ellos. El buen Dios se habrá encargado de organizarles personalmente la llegada a la alta costa del mar de los mares. Quedó prometido y no es para menos. Ah, sin olvidar que sospecho que ese buen Dios tiene hoy muchas manos que acompañan, abrazan, defienden, crean justicia y hacen panes y paces cada día…
Mientras tanto, a la vez, seguimos aquí, mano sobre mano, haciéndonos preguntas pero sin hacer apenas casi nada. Casi nada de nada. O sea, nada.

sábado, 18 de abril de 2015

El principio misericordia

[Img #281710]Seguro que a Jon Sobrino no le importará que tome el título de uno de sus libros para hablar de la misericordia, tenía como subtítulo bajar de la cruz a los pueblos crucificados. El teólogo jesuita entiende la teología desde el amor y la misericordia, como esperanza y liberación. Reciente está todavía el eco de otro libro, La misericordia. Clave del Evangelio y de la vida cristiana, del teólogo Walter Kasper, muy bien acogido y alabado públicamente por el papa Francisco.
Este sábado, el Papa ha presentado la bula sobre el año de la misericordia, animando a todos los creyentes, cercanos y lejanos, a participar de un tiempo oportuno y de gracia, una llamada a la conversión y al amor de Dios. Es un Jubileo extraordinario que comenzará el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada. Ha sido elegida esa fecha ya que ese día se conmemora del quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II, afirmando que la Iglesia quiere mantener vivo ese evento. El Concilio supuso una entrada de aire fresco en la Iglesia, sale de su castillo cerrado, no queriendo ser un fin en sí misma, quiere acompañar al hombre actual y discernir los signos de los tiempos desde el servicio. El jubileo busca llevar la riqueza de la misión de Jesús en la que resuena la voz del profeta Isaías: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (Lc. 4, 18). El Jubileo terminará el 20 de noviembre del 2016, solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del universo.
En un mundo donde la pregunta por el sentido se hace cada vez más urgente, la violencia es el pan de cada día, la pobreza y la desigualdad nos sonrojan desde nuestras atalayas de la abundancia, la misericordia parece situarse en el centro de los “signos de los tiempos”. Creo que ha saltado mi corazón al leer las palabras de Francisco, ya que para casi todas las religiones, la misericordia es el nombre más bello de Dios y lo más cercano frente a su transcendencia. La misericordia solidaria es para muchos teóricos de la religión el culmen de la experiencia budista de la vida. El Islam, continúa con la tradición judaica y cristiana de la misericordia, todas las suras del Corán comienzan: En el nombre de Allah, el Compasivo, el Misericordioso, palabras que se inspiran Ex 34, 6-7. La misericordia ha sido un tema central en los últimos pontífices de la Iglesia, Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI, ya que ésta atraviesa todo el sentido del Antiguo y el Nuevo Testamento, a pesar que ha sido un tema olvidado en la teología y puesto bajo sospecha.[Img #281711]
Me quedo con Schopenhauer, que a su juicio, sólo existía un móvil moral auténtico, la compasión y la misericordia. Pero debemos ser cautos como nos recomendó Nietzsche, no debe ser vana sensiblería, ni una ocultación de relaciones desiguales de poder, ni tampoco con ella se suprime todo el dolor que conlleva la violencia, la pobreza y la desigualdad. Nietzsche que fue muy crítico con el amor cristiano, pero no fue ajeno a la misericordia, como ese buen samaritano, que se conmovió con dolor de un desconocido. Nuestro vecino, Unamuno, nos recordaba que la misericordia es la esencia del amor espiritual humano. Pero desde el punto de vista de las víctimas, la justicia parece imperativa para hacer una “Memoria Passionis”, mantener el clamor de las víctimas contra el olvido y la amnesia cultural. Así Levinas, intentó armonizar la justicia y el amor,  dos realidades inseparables y simultáneas, donde la caridad es imposible sin la justicia y la justicia se deforma sin la caridad. Por su parte Derrida, en sus estudios sobre el perdón nos habla de unirlo a la justicia, pero es necesario transcender la justicia frente al derecho positivo. La justicia despliega un poder performativo que el filósofo califica de místico. La exigencia de justicia infinita lleva a la deconstrucción de los sistemas jurídicos existentes y sirve al mismo tiempo para hacer justicia al individuo. Se sitúa la justicia “más allá del ser”, donde se desarrolle un concepto de Dios que sea a la vez justo y misericordioso. Paul Ricoeur, transciende la justicia conmutativa y distributiva transcendiéndolas en el amor  imperativo al otro y su bienestar. Por último, subrayamos la fenomenología del don de Jean-Luc Marion, que busca entender la realidad como algo que no construimos nosotros, sino que se nos muestra y se nos abre, interpretando al ser como donación.
La misericordia significa la cualidad del corazón que lo hace sensible a la miseria, a la desgracia del otro. La misericordia es más que la compasión, es la capacidad de identificarse con el otro y a la vez poder liberar al que sufre. Pero sobre todo, la misericordia es uno de los atributos de Dios, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo, ese amor profundo, que nace de las entrañas y que provoca un movimiento interno que invita a la acción. El principio misericordia nos habla de amor, de un amor misericordioso que nace de las entrañas mismas de Dios, que nos habla de su fidelidad para con nosotros. “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos y he bajado a liberarlos”. (Ex 3, 7). Hacer presente la misericordia en el mundo actual, no es sólo amar y preocuparse por el otro, es habitar el mundo desde al amor de Dios, es hacer presente la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la inclusión y la resiliencia. Pero de esto ya hablaremos en otro momento.
Un nombre nuevo de tu esencia eterna
-Amor y mucho más: Misericordia-
ostentas a tus pies, con el orgullo
de aquel que tiene en su pasión su gloria.

Pasión de amor la tuya. Por nosotros,
se rompe en la luz tu Corazón, cual joya
que transfigura el sol; como granada
que da sus pasos a las mariposas.
Y Amor te llamas Tú, porque eso eres:
Amor… y más aún: ¡MISERICORDIA!

Fr. Luis de Fátima Luque “Rótulo” de Poema de amor misericordioso
[Img #281712]


jueves, 9 de abril de 2015

Cristianos del Viernes Santo





¡FELIZ PASCUA DE RESURECCIÓN!, durante esta semana, octava de Pascua, se sigue celebrando la resurrección, la vida en su plenitud, aunque durante toda la semana anterior se venido  utilizado el lenguaje de la muerte y la cruz. Muchos cristianos materializaron de forma trágica, la muerte y el dolor del Viernes Santo, como 140 estudiantes cristianos de la Universidad de Garissa (Kenia) asesinados. El atentado ha sido realizado por grupo terrorista islámico Al Shabab, mientras que el grupo de estudiantes estaban realizando la oración de la mañana.
Muchos cristianos son asesinados en muchas partes del mundo, con nuestro silencio cómplice, como afirmaba críticamente el papa Francisco. No sólo Kenia, Níger, Irak, Siria, Pakistán, Egipto y otros lugares casi olvidados por la comunidad internacional. Una persecución no casual, está organizada y premeditada, "Para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua", gritaban los yihadistas burlándose de las víctimas antes de abrir fuego. En Irak el Estado Islámico les ha dado un ultimátum, “convertíos o morir”. No hay familia cristiana, en muchos de estos lugares, que no cuente con algún mártir. Son asesinados unos 160.000 cristianos al año debido a sus creencias, donde la persecución, asesinato y la intimidación están entrelazados en muchos lugares.
El fraile dominico P. James Channan, Director del “Centro de la Paz” en Lahore (Pakistán), realizó las siguientes declaraciones en noviembre pasado: Una turba de unos 100 musulmanes que quemaron vivos a los jóvenes esposos cristianos Shama Bibi (28) -que estaba embarazada y que fue golpeada- y Shahzad Masih (32), a quienes empujaron a un horno donde se cuecen ladrillos. Este matrimonio tenía dos hijos y dos hijas, el mayor de ellos tenía siete años.
El cristianismo es la religión más perseguida del planeta, según informes de la ONG “Ayuda a la iglesia que sufre” En el siglo XX ha habido más mártires que en los diecinueve siglos anteriores, tomados juntamente. La libertad religiosa, aun cuando es un derecho fundamental de todo ser humano, se sigue sin respetar. El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es necesario recordarlo aunque sea conocido: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Foto: ONG "Ayuda a la Iglesia Necesitada"
Me vienen a la mente las palabras de Monseñor Romero, con motivo de la concesión del premio Nobel, también mártir y cercana su beatificación, sus palabras brillan con más fuerza:
“Entre nosotros siguen siendo verdad las terribles palabras de los profetas de Israel: los hay que venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; que amontonan violencia y despojo en sus palacios; que aplastan a los pobres... acostados en camas del mármol más fino”.
Pero por otro lado, en mi cabeza resuenan las las reflexiones del sociólogo Zygmunt Bauman, cuando nos habla de la ética de esta sociedad líquida que estamos inmersos. No quisiera desvirtuar sus palabras cuando afirma, que el mal no se limita a la guerra, a la violencia, a las masacres que estamos presenciando. El mal se revela en la vida cotidiana, en la insensibilidad al sufrimiento de los demás, en la incapacidad o el rechazo a comprenderlos y en el eventual desplazamiento de la propia mirada ética. Ya nos recordaba Hannah Arendt, esa banalidad del mal, éste, no se esconde en las grandes mentes criminales, sino en la estructura insignificante de cualquier ciudadano, tal vez padre o madre de familia y aparentemente normal.
Siguiendo con Bauman, tenemos un entumecimiento moral, una fuerte indiferencia a lo que pasa en el mundo. Para unos, los medios de comunicación, están centrados en las guerras de audiencias y los ingresos en taquillas; para la gente de la calle, en las últimas tendencias tecnológicas o en las diferentes formas de cotilleos y críticas al prójimo. En una sociedad apresurada y egoísta, rara vez se busca lo esencial, sólo alguna noticia sensacionalista o algún personaje que destaque en este mundo mediático o cualquier otra banalidad, sea la televisión, el futbol o internet. Vivimos una era líquida de sensacionalismo barato y exhibicionismo, de precariedad de los vínculos humanos, de individualismo, marcada por el carácter volátil de las relaciones humanas.
Quisiera volver a reivindicar la “no-violencia” con Martin Luther King, esa valerosa confrontación de la maldad por el poder del amor, en la creencia que es mejor ser el recipiente de la violencia que su infringidor, es una fuerza espiritualmente muy activa, que no pretende humillar, sino despertar en el violento su vergüenza moral y hacer posible la reconciliación y no caer en lo más bajo del resentimiento.
Las lágrimas de los mártires valen más que cien explicaciones filosóficas o teológicas, pero como seres pensantes que podemos transcender nuestras realidades, debemos de buscar sentidos en esta vida a los males y sufrimientos más indignos, y compaginarlo con nuestra fe en un Dios que es amor y misericordia, aunque a veces, nos sintamos atrapados en paradojas sin salida:

”¿Quién creyó nuestro anuncio?
¿A quién se reveló el brazo del Señor?
Creció en su presencia como brote,
como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente,
despreciado y evitado de los hombres,
como un hombre de dolores acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros,
despreciado y desestimado.
Él soportó nuestro sufrimientos
y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo estimamos leproso,
herido de Dios y humillado;
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones,
triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él,
sus cicatrices nos curaron”
                                                  Is. 53, 1 – 5 (Cuarto Cántico del siervo)
Foto: ONG "Ayuda a la Iglesia Necesitada"

domingo, 22 de marzo de 2015

Las mujeres junto a la Cruz: Salomé




Los evangelios sinópticos, sólo reconocen la presencia de las mujeres en la muerte de Jesús. Mateo
nombra “entre ellas” (otras podrían estar presente) a María de Magdala, a María, la madre de Santiago y José, y a la madre de los hijos de Zebedeo (Salomé) (Mt 27,55-56). Marcos menciona a María de Magdala, a María, la madre de Santiago y José, y a Salomé (Me 15,46). Lucas, que ya las había citado antes del episodio de la cruz, se contenta con decir que “sus conocidos se mantenían a distancia, y también las mujeres que lo habían seguido desde Galilea” (Lc 23,49). Juan sólo señala al pie de la cruz la presencia de la madre de Jesús, la hermana de su madre, María de Cleofás, María de Magdala y “el discípulo al que Jesús quería” (Jn 19,25-26).
En el sepulcro, Marcos menciona, a María de Magdala, a María madre de Santiago, y añade a Salomé (Mc 16,1). Ahí está Salomé, otra mujer importante que acompañó a Jesús, en la Pasión y fue de las primeras mujeres que aparecen en la resurrección. Todavía se sigue discutiendo quién era Salomé, para algunos claramente era la madre de los Zebedeos, natural de Cafarnaún. Mujer con dinero, dura, con recursos y directa a la hora de defender a sus hijos. Recordamos que pedía para sus hijos los primeros puestos y posiciones de privilegio, anteponiendo estas necesidades al propio ministerio. Mujer ambiciosa, que había logrado una posición social, le costará mucho entender lo que verdaderamente significaba el servicio.
Esto hizo que Jesús hablara de la verdadera grandeza del seguidor, el que quiera ser el primero que sirva a su hermano. Pronto lo comprendió Salomé, la verdadera justicia no es oprimir como hacen los gobernantes, sino ser el último, ayudar y servir, sobre todo a los más necesitados. No sólo ella también empezó a seguir a Jesús y es posible que apoyara económicamente la misión. A veces nos cuesta salir de nuestro propio cascarón y burbuja, centrado en nuestras ambiciones y vanidades. Tal vez lo comprendiera mejor con la actitud de Jesús a los más necesitados o a los enfermos, o bien con sus palabras, el Reino se parece a un grano de mostaza o a un tesoro escondido, o tal vez a una perla fina aún no hallada.
Salomé parece que era la mayor entre las mujeres, tenía su papel como mujer madura y se valorará su experiencia para el grupo. Solía viajar frecuentemente con los discípulos. Modelo de fidelidad, respetada y admirada por todos. Lloró ante la cruz, por Jesús y por María su madre. Ella era madre, sabía muy bien que no hay mayor sufrimiento que perder a un hijo prematuramente y más si es injustamente. Con el corazón encogido Salomé consoló a Jesús y a su madre. Tal vez en estas lágrimas aprendió e interiorizó en su corazón que el verdadero servicio es el amor y la misericordia, incluso por encima del sufrimiento y la muerte.
A veces creemos que nuestro encuentro con Dios es una mera actitud intelectual, de nuestro propio yo y de nuestro ego y posición de privilegio. Pero Salomé al lado de la Cruz, nos enseña que hay otros lugares, como son los momentos de desierto y sufrimiento, la enfermedad, la cárcel, la aflicción o en cualquier otra situación de desolación, como le pasó a Job. Cuántas mujeres y hombres de resistencia heroica encontramos hoy, mujeres en los campos de refugiados de Siria al corazón de África, desde las madres corajes de américa latina a las que luchan cada día para sacar a sus hijos adelante con unas monedas de miseria. Nos recordaba Martín Descalzo, que para muchos hombres y mujeres, todos los días son Viernes Santo. Para ellos, el mensaje es muy claro. El sufrimiento es devastador, jamás se puede desear, pero de alguna forma misteriosa puede ser ocasión de un encuentro con Dios que es a la vez aterrador y supremamente maravilloso, pues Dios es amor, y su amor es mejor que la propia vida.
Aquí ya no hay historia ni siquiera leyenda;
sólo tiempo hecho canto
y la luz que abre los brazos recién crucificada
bajo ese cielo siempre en mediodía.
(Claudio Rodríguez, El canto y la luz)